8 de septiembre de 2009

Privado



Los argentinos tienen una capacidad altamente desarrollada para aprender a esquivar los escollos que plantea el Estado cuando se mete con sus asuntos. Son años de entrenamiento, claro.

No sería raro que el auge de las "fiestas privadas" que comenta Clarín hoy sirva para que muchos jóvenes eludan la proyectada limitación del horario de los boliches en la provincia de Buenos Aires.

Una vez manifestada esta tendencia no faltará el funcionario de turno que, cual villano de película de super héroes, se ponga a tramar una nueva regulación que le complique la vida a los astutos evasores de normas.

Los argentinos (casi) siempre encuentran la forma de escurrirse ante la mano extranguladora del Estado/Gobierno.

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