22 de octubre de 2009

Efecto K: del miedo al daño


El primer miedo fue volver a vivir aquellos terribles momentos de finales de 2001. Eso es lo que hizo apichonar al pueblo argentino frente la perversa pareja patagónica.

Luego, en las primeras etapas del kirchnerismo, cuando Néstor era presidente formal además de jefe de la banda, el efecto que la letra K tenía sobre la población que no se genuflexaba ante sus caprichos de tirano era el miedo.

La gente se acostumbró a no decir lo que pensaba por miedo a ser acusada de traidores a la patria K.
Los empresarios callaron por miedo a represalias.
Los peronistas callaron por miedo a quedarse sin su cuota de queso.
Nos dejamos robar nuestros ahorros con el canje de la deuda por miedo a perder todo, y después con la directa transferencia -robo- de fondos de los argentinos depositados en las AFJP lo perdimos todo.

Luego Néstor dejó el poder formal (sólo el formal) y vino un cierto soplo de optimismo: Los chacareros se enfrentaron a los K, y en una memorable madrugada el voto no positivo los hizo arrugar por primera vez.

También en otra épica madrugada un colorado rompedor de culos hizo perder al tirano en su gran apuesta hegemónica por los diputados de la provincia de Buenos Aires.

Ahora el efecto K ya no se mide en miedo.

Se mide en daño.

Periodistas, analistas, y comunicadores que al menos han perdido el miedo a decir la verdad nos anuncian que la capacidad de daño está intacta, que lo que mueve a los Kirchner es el deseo de hacer el mayor daño posible a sus enemigos.

Ya pasamos por una etapa de negación del problema.
Ahora por fin hemos asumido que tenemos un problema.
El siguiente paso es solucionarlo.

2 comentarios:

Klaus Pieslinger dijo...

Exacta tu descripción cronológica.

Jorge dijo...

muy bueno.
hace un tiempo que me rondan en la cabeza un montón de pensamientos respecto a la situación del país y a cómo se llegó a ésto en los últimos años pero no llegaba a describirlo bien con palabras.
lo tuyo me pasó en limpio todos esos temas.