27 de noviembre de 2009

Inentendible

Néstor Kirchner sigue teniendo un arma letal para seducir a los gobernadores díscolos en su plan para mantenerse en el poder: la Caja.
Sabe que las provincias necesitan del dinero fresco de la Nación para afrontar los gastos y está dispuesto a presionarlos con tal de ganar su apoyo. El último en caer en sus garras fue el electo gobernador de Corrientes, Ricardo Colombi.
El radical, que tuvo el apoyo de su partido en las últimas elecciones, se reunió hace diez días con el ex presidente en la Quinta de Olivos y a la salida pidió la reelección K con más entusiasmo que muchos de los gobernadores del PJ: 'Corrientes acompañará la candidatura de Néstor o Cristina' en el 2011, dijo.
Como recompensa se llevó promesas de abundante obra pública y la ilusión de al fin cobrar las deudas que el Gobierno arrastra con su provincia.
Pero Colombi no es el único gobernador que cambia de camiseta por las promesas de dinero fresco: la fueguina Fabiana Ríos, el cordobés Juan Schiaretti y el santafesino Hermes Binner se anotan en la lista.
En su arsenal para cooptar voluntades, Kirchner también tiene municiones más livianas, aunque no menos efectivas.
Se trata de cargos, favores y prebendas que reparte a discreción: en la lista de los beneficiados se suman la flamante funcionaria María Del Carmen Alarcón y las diputadas Roxana Latorre y Dora Sánchez.

Perfil

Si los gobernadores se juntaran en un quincho a comer un asado, podrían tumbar a los Kirchner en un segundo.
Me pregunto si son masoquistas.
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