La hipótesis ya está hecha :
El enfrentamiento civil, como histórica consecuencia del precolapso moral de una sociedad contaminada y como hijo putativo de una República con sus instituciones demolidas, a veces ni siquiera necesita tanta instigación por parte de un gobernante inescrupuloso y transido de odio.
Un simple hecho puntual y rodeado de terror, misterio y señales confusas, puede poner en marcha a todas las fuerzas del hartazgo dormidas.
Y todos los que se han sentido llevados, mudos y silenciosos, como unas ovejas al matadero, sean del color ideológico que sean, puestos un día en su límite final de odio mutuo, acaso querrán dirimirlo todo del modo más trágico y violento que hallen. La historia de la humanidad en este tipo de esquemas de conducción de mediocridad suicida, así lo confirma.
Básicamente porque ya ha sido instalado desde el Gobierno el síndrome de hacer justicia por mano propia y luego quedar absolutamente impune.
O ser premiado con algún cargo público.
Gustavo A. Bunse
10 de noviembre de 2009
Se van a despedir a los tiros
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