21 de noviembre de 2009

Somatizando la realidad

Respecto de la salud de Néstor Carlos Kirchner, diremos que según fuentes seguras y algo más que cercanas a la Casa Rosada o la Quinta de Olivos - como se prefiera - se asegura que el santacruceño como derivación del “stress” que le produce una cierta noción de la realidad política y de cuáles podrían ser las consecuencias de una debacle para su persona, familia y amigos, tuvo una recaída de su vieja dolencia del colon que desde hace casi un mes se profundiza hasta tal punto que llegó a rozar su estabilidad cardíaca pero aceleró notablemente su nerviosismo, lo que constituye algo más que un detalle por su estilo y forma de concebir pasos políticos de extraordinaria y audacia y carencia del límites. Precisamente, los padecimientos que soporta fueron los que impidieron que concurra al acto por el cual se resolvió rechazarle la renuncia a la presidencia del PJ, un cargo que existe nominalmente pero que en los hechos hora a hora se debilita en un vaciamiento que parece incontenible. A la inversa de esta situación, la mente de Kirchner se acelera y como lo vamos a ver más adelante, planifica maniobras que van desde una eventual pero conversada visita al país del venezolano Hugo Chávez hasta la posibilidad de que una vez asumida su banca, se haga designar presidente de la Cámara de Diputados de la Nación para acercarse legalmente hacia una hipotética cercanía al orden sucesorio con miras a la creación de otro conflicto que tenga como meta al Sillón de Rivadavia. Pese a lo absurdo, este tema ha sido motivo de un debate secreto hasta tal punto, que el suspendido acto previsto inicialmente para el 20 de este mes formaba parte de la estrategia puesta en movimiento.

Carlos Manuel Acuña

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