29 de diciembre de 2009

Después de 36 horas

Las últimas 36 horas estuve total y completamente offline. Un viaje de 10 horas en auto, para llegar a la vieja Banda Oriental y encontrarme sin cable, sin internet y sin roaming de celular.
Al recuperar el contacto con la realidad las noticias demuestran que el país se sigue hundiendo cada día en su propia mierda, (no hace falta detallar a qué me refiero, Raquel ha dado buena cuenta de las novedades) y que esa mierda tiene el nombre de sus políticos y sus instituciones.
Y demuestra que el argentino está más que anestesiado. Está mirando otro canal mientras el país deriva lentamente hacia su destino sudamericano, Borges dixit.

Lo curioso es que lo que se lee hoy no es diferente a lo que se ve cada día. Sucede que después de un día y medio de veda total de información, y visto el país desde un territorio que supo separarse a tiempo de nuestro proyecto de fracaso, la cosa se hace patente y concreta.

No hay que olvidarse que Haití que hoy vive de la caridad internacional y con el orden interno asegurado por cascos azules fue en su momento la potencia política y militar del Caribe.



No hay comentarios.: