En 1853 terminado a los tiros el régimen rosista, con el propio Rosas exiliado, y a pesar del "ni vencedores ni vencidos" de Urquiza, los personajes más encumbrados de la Mazorca fueron ajusticiados.
Cayeron ahorcados o fusilados dos figuras centrales del régimen: Ciriaco Cuitiño y Leandro Alén, y corrieron idéntica suerte otros menos conocidos como Manuel Troncoso, Silverio Badía y Floro Vázquez.
El asunto es... ¿hay lugar en la Argentina poskirchnerista para mazorqueros posmodernos como Moreno o Kunkel?
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