13 de febrero de 2010

Utopía vexilológica


En un país que está construído sobre mentiras y falsedades, todo es mutable. Menos algunas cosas que se han pintado como sacrosantas. San Martín, French y Beruti, la escarapela, la bandera...
Ya sé que si llegara el día en que en el país pueda barajarse y darse de nuevo, reconstruyendo los valores de 1853, lo de los símbolos es lo de menos. Pero -en fin- a mi me gustan estas cuestiones vexilológicas, que para algunos son intrascendentes.

Ese día, me gustaría que la bandera nacional sufriera unos ligeros ajustes.
En vez del pálido celeste, impuesto desde Pavón a esta parte, recuperar un celeste intenso, casi azul francia. No tanto como el "azul turquí" que impuso Rosas, pero tal vez un azul- celeste, similar al de la banda de los borbones, que inspiró a Belgrano, o a aquel azul que usó la Confederación que levantó Urquiza. El sol ya no debería de oro pálido, sino de anaranjado oro incaico, como el de la bandera oriental.

Quizá no sea muy conocido, pero el color de la bandera fue parte de la discusión política del siglo XIX, y no sólo acá, también en Uruguay.
En homenaje a los federales del aquel tiempo, si el país volviera a ser federal, debería enarbolar los colores de aquellos tiempos fundacionales. Al fin y al cabo nos lo enseñaron en la escuela: "azul un ala, del color del cielo...azul un ala, del color del mar"

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy pronto voy a hacer un post sobre el azul celeste y sus implicancias.
Te lo prometo.

BlogBis dijo...

Espérolo.

Mayor Payne dijo...

Entiendo y coincido. La palidez de la bandera la hace parecer a veces... un poco lavada. Desteñida. Desabrida quizás.

En mi caso y si se me permite el off-topic, si hubiera que barajar y dar de nuevo en materia nacional y de símbolos, le haría algunos cambios al Himno Nacional... en vez de todo lo que va desde "Ya su trono..." hasta el segundo "Al gran pueblo argentino, salud", le metería el resto de la verdadera primera estrofa, que me parece mucho más potente y motivadora (y con sentido además: ¿alguien pensó cómo diablos puede un trono ser "abierto"? ¿A hachazos?)

Y quedaría así:

Oíd, mortales, el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas,
ved en trono a la noble igualdad.
Se levanta a la faz de la Tierra
una nueva y gloriosa Nación,
coronada su sien de laureles,
y a sus plantas rendido un león
y a sus plantas rendido un león

Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡Salud!"
Y los libres del mundo responden:
"Al gran pueblo argentino, ¡Salud!"

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir,
que supimos conseguir.
Coronados de gloria vivamos...
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!,
¡o juremos con gloria morir!

En fin, my five cents... saludos!

Victor dijo...

Creo que se podría aprovechar para darle el lugar que se merece a Artigas.

BlogBis dijo...

Muy bueno lo suyo Mayor.
Lo anoto para cuando llegue el día.

Víctor, si le damos su lugar a Artigas...¿qué hacemos con Ramírez?. Coincido, las instrucciones del Año 13 son lo mejor que se escribió por estos lados.

Sine Metu dijo...

al jugueteo con el azul celeste de la bandera se le suma el jugueteo con el rosa de la casa rosada.

Jorge dijo...

es la primera vez que leo algo sobre la vinculación entre el color de la bandera y la banda de los borbones. me llamó la atención una vez ver al Rey JC I con una banda con los colores patrios pero nunca había podido confirmar ese vínculo.

pau dijo...

De acuerdo con que el azul se ha desteñido pero, ¿acaso no ha pasado lo mismo con la Argentina como idea?.
Me gusta la actitud de ir al problema sin escalas, proponiendo reformas concretas y tangibles, tratando de llevarlas adelante. Pero, en este sentido, tanto a la bandera como al país no sólo le cambiaría el tinte sino que le produciría un cambio más rotundo, incorporando el rojo del federalismo, como hizo Artigas. A Ramirez dejaría que ocupe un lugar anecdótico, como el modelo de viveza criolla desleal que siempre encarnó.