23 de abril de 2010

Eliminen al intermediario

En Argentina, pertenecer a la categoría de "trabajador autónomo" es ser prácticamente un kelper fiscal. 
En los últimos tres años, gracias a las creativas maneras que los muchachos de la AFIP encuentran para aumentar mis contribuciones sin decir que me están aumentando los impuestos (reempadronamientos, recategorizaciones, you name it) mi gasto en ese rubro ha aumentado aproximadamente un 350%. Y eso sin mencionar el Impuesto a las Ganancias y el  regalito que nos dejó Mingo Cavallo, Bienes Personales.  
A partir de marzo, sin embargo, ya se cansaron de eufemismos y directamente me aumentaron la cuota. Resulta que con la Ley de Movilidad Jubilatoria, se puede aumentar a los jubilados si aumenta la recaudación, y qué mejor para aumentar la recaudación que aumentar los impuestos. Vamos, no me van a venir con eso de que si no sería mejor dejar de pisarle la cabeza a los emprendedores y permitir que surgieran más, así la base de contribuyentes aumenta y el resultado es mejor y más sostenible en el tiempo. Psss...qué manga de neoliberales.

El asunto es que como están las cosas, yo estoy pagando mensualmente, sólo en concepto de "autónomos", casi-casi el equivalente a una jubilación mínima. Y no estoy seguro de que mi plata vaya a los jubilados. (Es un sarcasmo, todos sabemos que la plata del ANSES sirve para cualquier cosa menos para pagar jubilaciones).

Entonces propongo que se elimine el intermediario. Que directamente me asignen un abuelito para cuidar, y que yo me ocupe de todos sus gastos. Probablemente me resulte más económico traerlo a vivir conmigo y aprovechar la pequeña economía de escala que se produce internamente en los hogares (por ejemplo el costo de la vivienda del jubilado ya estaría cubierto, la alimentación se computaría a costo marginal, podría prestarle mi ropa, esas cosas).
Mi senior citizen podría disfrutar de la TV , pasear por el jardín, sentarse a disfrutar tranquilamente del sol otoñal en la galería que construí el año pasado (por la cual me aumentaron considerablemente el impuesto inmobiliario, gracias ARBA). Mi mujer y yo trabajamos todo el día, no estamos en casa, así que tampoco me molestaría que invitara a otros abuelitos a tomar mate, jugar al dominó o escuchar tango. 
Todo eso a cambio de que dejen de exprimirme el jugo fiscal hasta dejarme seco.

Piénsenlo, señores de la AFIP, señores de la ANSES. Ustedes están preocupadísimos por el bienestar de nuestra clase pasiva, ¿verdad?. Bueno, estoy seguro de que lo que propongo será más beneficioso para ellos que cualquiera de las resoluciones que están encima de sus escritorios a punto de ser firmadas.

Y de paso, me quito un poquito de encima esta sensación de ser un reverendísmo imbécil cada vez que que pago mis impuestos.

Gracias


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