El antiperiodismo filosófico reaccionario erige hoy el mito de la deformación que producen los medios en las sociedades, pero hay otros vectores de ésta ofensiva: la intolerancia a la crítica y el ímpetu de las pseudoideologías progresistas que encubren la mera voluntad de poder y el deseo de ocultar la gran corrupción.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario