Por: Enrique Aschieri
Ahora, que la migración global es un fenómeno atenuado -pese a las apariencia en contrario-, la Argentina bicentenaria mostrará hasta dónde aprendió las lecciones de la globalización para los próximos cien años. De la fase expansiva anterior nació y se consolidó un país. En el ínterin nos estancamos. En la que se dará posterior a la crisis, el salto de calidad espera. Una de las principales pruebas ácidas será que nos convirtamos nuevamente en un gran receptor de inmigrantes o que sigamos enviando mano de obra muy calificada al exterior.
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