Tanto manoseo de la Historia, tanto dele-que-dele con la revisión del pasado, al final está sirviendo para que la verdad sobre las organizaciones armadas de los setenta salga a la luz. Que un humorista como Sendra se la agarre con los otrora intocables "jóvenes idealistas" es una muestra de que al final ellos mismos demolieron su
sanctasanctórum.
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