23 de diciembre de 2010

Los ochenta



Dicen que está de moda los ochenta, ya sea recordando los temas y bandas musicales de esa época, ya sea vendiendo dibujos animados en formato DVD en los kioscos como ocurrió con la serie ‘Candy’ –un dibujo animado de época que recrea la vida anterior a la Primera Guerra Mundial-, que según me contaron se agotó en los puntos de ventas, ya sea haciendo un documental sobre un director de cine, John Hughes que retrató bien a los adolescentes en esa época, y que se han convertido en películas de culto, como “The breakfast club”, “Ferris Bueller’s Day Off” y “St. Elmo's Fire". Me gusta la película ‘Goonies’ de esa época como “E.T”.

También tengo mis recuerdos. Recuerdo que a mis compañeras de colegio, pues estudié un colegio mixto, estaban enamoradas de los actores de la serie ‘Lobo del Aire’ y ‘Mcgiver’. Recuerdo que con mis amigos íbamos andar en bicicleta a una pista de para bice-cross, que el municipio había instalado en el estero de Viña del Mar, pues estaba de moda ese tipo de bicicleta. Como también recuerdo, los campamentos a Quebrada Alvarado en Olmué y a Quebrada Verde, en Valparaíso, pues fui un tiempo boy-scout. Asimismo, recuerdo que había varias revistas y diarios en los kioscos. En los ochenta, era frecuente que los ladrones asaltaran a los estudiantes, sobre todo, los que iban a practicar algún deporte al Sporting Club de Viña. Me bajaba en libertad con seis Norte y caminaba hasta la pista atlética. Para que no me asaltaran, pensaba como un ladrón. Lo mismo, si fuese de noche, después de una fiesta, me gustaba ir caminando desde uno norte hasta Las Salinas.

Siguiendo esa tónica, un canal no se quedó atrás y saco al aire una serie llamada ‘Los 80’, en que recreaba la vida de los chilenos durante esa década a través de una familia. Reconozco que no la vi, precisamente, porque desconfiaba de que lo fueran a mostrar o cómo lo iban a mostrar. Ahora entiendo por qué el columnista y ex parlamentario Hermógenes Pérez de Arce dijo que no vería “Machuca”; cosa que enfureció a los escritores de la Nueva Narrativa como Gonzalo Contreras, autor de la ‘Ciudad Anterior’. O simplemente, la intencionalidad que le dieron, y que lo confirmó las palabras del actor Daniel Muñoz en el Emol: "No puede haber reconciliación si no se mete el dedo en la llaga”. Esa declaración la dijo, porque en los últimos capítulos mostraron como un agente del Estado torturaba a un terrorista. En la serie se reivindicó el terrorismo. La escena de la tortura la sacaron, sin duda, del Informe Valech, que el historiador Gonzalo Vial Correa lo refutó y otro señor que escribió: “Es admirable la inmensa capacidad de trabajo de la Comisión Valech. Los esforzados componentes de tal Comisión recogieron, analizaron, juzgaron, redactaron y compilaron más de 35.000 casos de torturas. Para lo cual trabajaron sólo durante un año. Es decir, tuvieron un promedio superior a ¡95 casos diarios! En efecto, basta dividir 35.000 por 365 para obtener 95,89…Sin duda, tan laboriosas personas, no gozaron de domingos, festivos ni vacaciones, pues de otro modo habrían tenido que atender más de 100 casos de tortura diarios, como promedio”.

El diario ‘La Cuarta’ comentó uno de los últimos capítulos de la serie, con el siguiente título: Los 80 se atrevió con la tortura. Diciendo lo siguiente: “"Fernando", el estudiante de medicina, amigo y compañero de lucha de "Gabriel", pololo de "Claudia", se llevó la peor parte: Lo detuvieron agentes de seguridad. Desnudo y atado en una silla, fue interrogado por sus captores hasta sacarle la pulenta sobre su combatiente cumpa”. Incluso esa nota de espectáculo apareció reproducida en el noticiero de Microsoft como un hito. Tengo la impresión de que esa escena la sacaron de la penúltima película de James Bond, ‘Casino Royale’. Por lo menos, el agente 007 conserva su humor inglés que irrita al malo que lo tiene atado a la silla.

El actor Ramón Farías también afirmó: “Aún quedan muchas cosas que cortar”. En efecto, hay que contar que el grupo terrorista Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) no quería luchar por la democracia, sino que quería instalar un sistema comunista. Al contrario de lo que muestran en la serie a través de un personaje. Debido a la recesión de 1982, muchos chilenos se hicieron pasar por exiliados o perseguidos políticos, porque tenían pocas oportunidades laborales. Conozco alguien que se fue Bélgica, hacer los trabajos que a los belgas no les gustaba hacer.

Así es como la serie ‘Los 80’ reivindica el terrorismo comentado por ‘La Cuarta’: “En la escena siguiente Gabriel sale del recinto amatorio y cacha que hay tres CNI esperándolo. El engominado frentista prendió un cigarrillo Life y de una se bajó uno de los agentes del auto. El mozuelo empieza a caminar, tira el pucho y en un gesto igualito a Harry el Sucio, saca de su espalda una pistola y le pega un certero balazo al poli. De ahí entra al motel en busca de su amada y los dos salen apretando al tercer piso del recinto, para luego escaparse por la casa del vecino y dejar pagando a los hombres de bigote y lentes oscuros”. Asesinar a un policía es lo más tierno que hay. Y no constituye una violación a los derechos humanos, ni menos un crimen de lesa humanidad. Es gracioso cómo el o los guionista (s) intentan mostrar a los mosquitas muertas del Frente como Harry el Sucio, si lo único que han hecho es querellarse en la justicia, porque los suyos cayeron muertos, convirtiéndose en víctima de los derechos humanos. Ejemplo de ello, es que la justicia ha estuvo investigando la muerte de los ex frentistas Raúl Alejandro Pellegrin Friedmann (comandante “José Miguel”) y Cecilia Magni Camino (comandante “Tamara”), quienes atacaron el retén Los Queñes en 1988, donde salió muerto el carabinero Juvenal Vargas. Si los del Frente fuesen como Harry, no estarían quejándose como niñitas de que fuesen abatidos, ya sea por carabineros, ya sea por el organismo de seguridad de los ochenta, la CNI. Los terrorista atacaron un retén, pero los culpables son los carabineros. Ni siquiera los representantes de los derechos humanos le importan que haya muerto el carabinero.

Un columnista del sitio izquierdista el Quinto Poder, Artemio Lumpín llueve de elogios a quienes eligieron el camino del terrorismo: “Había quienes eligieron la violencia institucionalizada y estatal para terminar de ejecutar la obra de un país reconstruido a la medida de su voluntad refundadora”. Leyendo la columna de Lumpín, el titular de ‘La Cuarta’: “Ojalá no maten a claudia en la otra temporada”. Claudia era la amante del terrorista como Bachelet. El columnista del Quinto Poder podría explicarnos la internación de 35 toneladas en Carrizal Bajo por el FPMR , ideado por el actual diputado comunista Guillermo Teiller en 1986. La demonizada CNI descubrió ese arsenal. Por eso, descabezaron a los jefes militares del PC y FPMR, con lo cual los agentes se convirtieron en violadores de los derechos humanos, luego de haber evitado el derramamiento de sangre miles de chilenos, si esas armas se hubiesen disparados.

De la misma manera, es una violación a los derechos humanos la muerte de los delincuentes y terroristas, los hermanos Vergara del Mir, quienes asaltaron un negocio y después abatieron un carabinero. Y, finalmente, la muerte los llamó. Ahora bien, porque un carabinero cumplió su labor, la justicia lo condenó. Cuando la izquierda habla de los derechos humanos está más cerca del teatro del absurdo y del Guasón de Batmán.

A los productos de la serie ‘Los 80’ les sugiero que pongan como final, cuando el general Pinochet anuncia que la CNI termina sus funciones, luego colocan unas letras en la mitad de la pantalla: “Primer Gobierno Democrático”. Rematan la serie recreando A pocos días de iniciado ese período”, el 21 de marzo de 1990, el General (r) Gustavo Leigh Guzmán fue acribillado a balazos en su oficina, quien salvó la vida pese a que quedó con serias lesiones. El 10 de mayo siguiente sería asesinado el coronel de Carabineros, Luis Fontaine. Antes de completar un año de gobierno, el 3 de marzo de 1991, fueron asesinados el médico del Ejército, Mayor Carlos Pérez Castro y su esposa, Anita Schlager. Unos días después, el 1 de abril, es asesinado el senador Jaime Guzmán”. De paso, mostrando las banderas de los grupos terroristas del Frente y del Mir con el objetivo pedagógico de señalar que la violencia es inherente a la izquierda. Es parte de su ADN.

Para el escritor izquierdista Álvaro Bisama, columnista de la revista ‘Qué Pasa’, escribe sobre ‘Los 80’: “Herrera delinea la épica de sus batallas cotidianas: que su negocio de ropa usada sobreviva, reprimir el deseo por Berta Lasala, educar moralmente a los suyos, tratar de dormir con la conciencia tranquila…, late en la amenaza de la cesantía y la promesa del hambre”. Como mostré más arriba, tengo otra visión a la de Bisama. No creo que a este escritor le haya interesado las miles pymes que se fueron a pique con la reforma laboral de a fines del 2000.

Sin embargo, gracias a los 80, los chilenos disfrutaron de una prosperidad nunca antes vista en la historia de Chile en los 90. Precisamente, no gracias a la Concertación.

En fin, trataron de ‘humanizar’ a los terroristas del FPMR, siguiendo la tónica de estos veinte años a través de libros, libros y documentales como ‘Calle Santa Fe’ y otros.

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