14 de diciembre de 2010

Un Gobierno sin pantalones




El actual Gobierno que preside el demócrata cristiano, Sebastián Piñera, y que varios lo han llamado el ‘El Quinto Gobierno de la Concertación’ o el ‘Cuarto de la Democracia Cristiana’, cada vez que han querido implementar una política derecha, por así decirlo, se echa para atrás. Basta que la izquierda ladre o manifieste su disconformidad para que en seguida lo retiren. Así lo vimos en el indulto en que la extrema izquierda mostró sus fauces, con los mapuches terroristas en que el Gobierno no sólo cambio la ley, retiro la querella, ahora lo vemos nuevamente, en el instructivo del Servicio Nacional de Turismo (Sernatur) con el propósito expreso de que “los/as Informadores Turísticos debe ser limpia y ordenada, proyectando en todo momento dinamismo y disposición hacia el cliente. Recordemos que somos la cara visible del SERNATUR)".

Me causo risa el titular que le puso el diario electrónico ‘El Mostrador’: “Sernatur lanza polémico instructivo que impone a funcionarias tipos de peinado y maquillaje”. La palabra ‘polémico’ es una exageración del porte del sol. Polémico sería que permitieran, por ejemplo, llevar una katana, sin importar cuál sea la razón.

Pues, bien, esa afirmación de perogrullo y de sentido común que uno lo puede encontrar en la política cualquiera empresa, a los progresistas no les gusta. El objetivo de ese instructivo es que los tomen en serio. Las empresas que tienen su negocio en el de los comedores de los Mall, se esmeran que sus empleados tengan una buena impresión a los clientes. ¿Se imagina que les sirvan una comida china, por ejemplo, un empleado lleno de tatuajes en la cara? Causaría repulsión. Que a personas les gusta seguir la moda del amigo de Ismael de Moby Dick, Queequeg, no significa discriminar.

Esta es la segunda vez en que se intenta mejorar la imagen de los funcionaros públicos, que por estos días andan de paro. La primera vez fue con un instructivo de la Intendencia de Coquimbo.

¿Qué más dice el instructivo? Dice sobre, el uniforme, que debe estar siempre limpio y planchado. Sobre, el corte de cabello “debe ser convencional en estilo y el largo no debe alcanzar el cuello de la camisa”. Los hombres tienen que afeitarse siempre, después de todo, no son submarinistas. Para las mujeres y sus joyas “Se permitirá un par de aros no colgantes y sobrios sólo para las mujeres. Se prohíbe el uso de piercing en el rostro o a la vista. Se permite el uso de collares o cadenas no llamativas”. Dicho sea de paso, cuando leí el instructivo no tenía idea qué era el piercing. ¿Qué más? Se prohíben los tatuajes a la vista y se permite el uso de zapatos.

El instructivo tiene otras indicaciones, como por ejemplo, que “Los hombres y mujeres deben utilizar la camisa dentro del pantalón, no afuera”. No son raperos. Asimismo, “El pantalón se debe usar a la cintura, si es necesario con un cinturón, de modo que la ropa interior no sea visible. Los gorros (jockeys, boinas y otros) no están autorizados.

Ahora bien, ¿Cuál fue la reacción del progresismo? La actual presidente del Partido Por la Democracia (PPD) o de centro izquierdaCarolina Tohá dijo: “los funcionarios públicos tienen derecho a definir su imagen personal y ningún directivo puede imponerles el tipo de peinado o aros que pueden utilizar porque ello vulnera sus libertades fundamentales”. Se nota que la señora Tohá nunca ha trabajado en el mundo privado. No vulnera sus libertades fundamentales. Ahora que está de moda esas tonterías del género, la violencia hacia las mujeres y otras leseras, se imagina a esas ejecutivas ya sea bancos o ingenieras comerciales que han llegado a altos cargos corporativos, gerenciales o CEO tales como Carly Fiorina de HP, que la reemplazó otra mujer, Ann Livermore; Anne Mulcahy, presidenta y Consejera Delegada de Xeros; Susan E. Sheskey, Vice Presidente Senior, CEO de DELL y Susan Decker, Presidente de Yahoo , entre otras se pusieran piercing. Esas mujeres estarían en la calle. Luego agregó: “cuando se le prohíbe a los funcionarios tener objetos personales en su escritorio, o se le obliga a utilizar determinados colores en el maquillaje o determinado estilo en el vestuario se está dando una muestra de intolerancia y autoritarismo. Ello obedece a una mentalidad retrógrada muy lejana de los avances que la sociedad ha tenido en materia de derechos ciudadanos y libertad de expresión”. Tal vez, lo más personal que pueden tener, es la foto algún querido, ya sea esposo o esposa e hijos.

Cuando leo las declaraciones de la señora Tohá, me pregunto con inocencia, si tendrá una ejecutiva de cuentas en un banco. No un ejecutivo, sino ejecutiva.

Me permito una disgresión. Un recurso literario frecuente en el siglo de las luces. Cuando estaba todavía la segregación en los Estados Unidos, para los negros que tenían aspiraciones de artistas, tener un modelo era importante. Recuerdo haber visto un documental, que a los afroamericanos de hace cincuenta años o más, el modelo era Nat Cole King que en la tele les causaba el mismo impacto que tuvo Alí. Ese pianista y cantante con traje era como un Superman para los afroamericanos. Irradiaba estilo, elegancia y clase. Un interesante comentario de cine que un día escuché en el programa de la TVE, ‘Días de Cine’, destacaba que el actor afroamericano Denzel Washington en sus películas y en los personajes que hacía, él siempre anda impecable, pulcro y limpio a diferencia de sus pares blancos, que andan sucios y mal vestidos.

¿Cuál es el fin de esta historia? Como era de esperarse, el Servicio Nacional del Turismo se echó atrás, con la siguiente declaración a las 20:32 horas de ayer: "El Servicio Nacional de Turismo quiere informar que el documento ha sido retirado por no obedecer a la polí¬tica institucional”. Tal como dijo el ex parlamentario y escritor, Hermógenes Pérez de Arce en su blog, este es un Gobierno de Rodillas.

Un Gobierno sin pantalones.

Me gustaría que para las próximas elecciones parlamentarias la señora Tohá se presentara como Lady Gaga.

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