Me asombrado y causado rabia como las personas decentes de este país están a merced de matones y violentistas, sin que nadie diga nada, salvo las organizaciones de izquierdas y de derechos humanos, que amparan aquéllos. Así pues, lo vemos en el caso de los denominados comuneros mapuches. Sin embargo, no había leído atención el detalle de los delitos de los mapuches. La prensa relata así la violencia de los comuneros : “La tarde del 15 de octubre de 2008, el ex líder de la Coordinadora Arauco Malleco Héctor Llaitul y un grupo de comuneros ingresaron armados con escopetas al predio del agricultor José Santos, en Puerto Choque, comuna de Tirúa, VIII Región. Tras amenazas de incendiar la casa del agricultor, robaron escopetas y otras especies. Este hecho fue alertado a la policía. El fiscal Mario Elgueta fue al lugar con una comitiva integrada por Carabineros y detectives. Al regresar de las diligencias, los vehículos fueron interceptados en el camino por los comuneros, quienes botaron troncos a la carretera para impedir su paso y dispararon con las escopetas a los 14 vehículos. El resultado: Elgueta y tres detectives resultaron heridos”. Las autoridades fueron emboscadas al más puro estilo de las películas de Hollywood. Los mapuches cometieron homicidio frustrado en contra el fiscal Elgueta, lesiones graves contra funcionarios de la Policía de Investigaciones (PDI) y robo con intimidación. Se atentó contra una autoridad. Si nuestro país se rigiese por las leyes que hay en los Estados Unidos, los terroristas y/o delincuentes se les condenarían a cadena perpetua o pena de muerte por atentar contra el fiscal. Estamos hablando de alguien que representa la Ley y Orden como nos muestran las series de abogados, fiscales, detectives y policía norteamericanos. Sabemos que a la izquierda chilena le produce urticaria la palabra Orden.
En primera instancia, los delincuentes fueron condenados a 25 años. En seguida, comenzaron usar la fuerza para doblegar a las autoridades con huelga de hambre. Los comuneros fueron condenados delitos comunes, a saber, robo y asalto e intento de homicidio. No se aplicó ley antiterrorista.
Ahora bien, desde que los comuneros o terroristas fueron condenados los poderes fácticos o de derechos humanos ligados naturalmente a la izquierda, alzaron voces de protesta, ya sea la diputada Carolina Tohá del Partido por la Democracia (PPD), el diputado comunista Guillermo Teillier ,quien manifestó su enojo en un carta a los medios, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), el diputado socialista Aguiló, y como no el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH). Todos ellos pidieron que se anularan el juicio, además, de alegar que no tuvieron el debido proceso, como si la izquierda ese principio del Estado de Derecho lo hubiese respetado en estos veintiún años. Para el Instituto de los Derechos Humanos, desde luego, los comuneros no son terroristas, porque según su directora, Lorena Fríes: “cambiar la definición que tiene de terrorismo, tal como está, él que tira piedras en forma aislada es igual de terrorista que quien pone una bomba en forma concertada dentro de una organización para desestabilizar el país”.
Una vez más, la Iglesia Católica chilena también tuvo que intervenir en asuntos que no le competen. Me irritaron las palabras del arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, mientras se esperaba el fallo de la Corte Suprema, quien dijo : "aquí está en juego un tema que no es marginal sino que es el tema de la vida de un grupo de personas y está en juego también la aplicación de una ley que tiene que ser mirada con el criterio del discernimiento". Otras afirmaciones más absurda del clérigo: “la vida que está en juego” y la “paz social”. Tenía entendido que los políticos son los encargados de procurar la paz social, que en estos veintiún años los gobiernos nos han negado. Dijo que “la vida está en juego”, porque los delincuentes llevan ochenta días en huelga de hambre. Los terroristas mapuches cuando atentaron contra el fiscal y lesionaron a los funcionarios de Investigaciones, no les importaron la vida del otro. Además, ¿Qué quiere decir o qué diablos quiere decir "la aplicación de una ley que tiene que ser mirada con el criterio del discernimiento"? Luego de saber el fallo que lamentablemente les rebajó las penas, monseñor Ezzati dijo: "Es un gesto que vale la pena destacar” .El obispo Chomali dijo que esperaba que anularan el juicio. Naturalmente, estuvo metido el marxista infiltrado en la Iglesia Católica en la década de la sesenta, monseñor Baeza. El ángel protector de cuanto violentista y terrorista polulan en el país.
Después de que la Corte Suprema falló, los comunes siguieron en huelga de hambre, y el Gobierno una vez más se baja los pantalones. En efecto, el Secretario General de la Presidencia (Segpres), Cristián Larroulet dijo que buscará una salida política a través de una “exploración de beneficios intrapenitenciarios”. Larroulet, el hombre que prefiero la vida académica siendo director del think tank liberal Libertad y Desarrollo a los negocios, después de haber sido subsecretario del ministerio de Hacienda de Pinochet, cuando Hernán Büchi estaba cargo de ministerio, a la postre ha resultado un cobarde. Se siente feliz, porque ha cedido a los petitorios de los delincuentes mapuches, ya sea cambiando la ley Antiterrorista y otras demandas.
Igualmente, me molestaron las declaraciones de parlamentarios que salieron en defensa de los terroristas, tales como del diputado demócrata cristiano Sergio Ojeda y el diputado izquierda del PPD, Jaime Quintana. Ambos defendieron cambiar la Ley Anti terrorista. Según Quintana, en el fallo está “la estigmatización del pueblo mapuche". Y la compara con la ley en Defensa de la Democracia conocida como la ley maldita. Por su parte, para Ojeda “hubo doble enjuiciamiento”. Como me gustaría que conociese las aberraciones que sufren los militares en materia judicial, donde se pasa llevar el principio de cosa juzgada. Ahora entendemos de paso, además, el acercamiento de la Democracia Cristiana al Partido Comunista.
Los izquierdistas que les gusta crear problemas donde no los hay, hablan de que se le vulneraron los derechos a la etnia mapuche.
Como era de esperarse, los familiares de los mapuches se reunieron con el arzobispo de Santiago para plantearle un indulto, mientras continúan con la huelga del hambre. Millaray Garrido esposa de uno de los mapuches dijo: "tenemos esperanzas de que la Iglesia y el obispo Fernando Chomalí, puedan intermediar, aunque todavía no tenemos claro por dónde pasarían las posibilidades de solución para bajar la huelga". Así el abogado de Derecha, Miguel Otero se convirtió en un vidente al escribir una carta sobre los comuneros: “Además, ellos pretenden crear un nuevo tipo de indulto extraconstitucional, declararse en huelga de hambre para obtener su libertad o rebaja importante en su condena”. Mientras intento terminar esta columna, leo con estupor las palabras de Ezzati, quien parece que es discípulo de Baeza: “no descarta que indulto presidencial sea la solución a huelga de hambre de mapuches”. Otero eres genio.
Mientras los políticos de Derecha, pues ya sabemos la opinión de los políticos de izquierda (Democracia Cristiana, Socialistas y comunistas), no ataquen y desarmen a todos esos organismos de Derechos Humanos, la gente de bien, decente, trabajadora y esforzada de este país estará a merced de los matones.
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