29 de noviembre de 2011

Eugenia Sacerdote


No necesitó decir que las cosas le eran mas difíciles por ser mujer, aunque se graduó en los años 30.
No necesitó fingirse perseguida, porque tuvo que escaparse de la Italia fascista.
No necesitó proclamarse salvadora de nadie, aunque promovió la difusión de la vacuna Salk.
No necesitó fingir una titulación, porque dejó casi doscientas publicaciones científicas.
No necesitó diferenciar a "todos y todas" porque fue una grande universal.

2 comentarios:

carancho dijo...

Esteee... la comparàs con alguna? Digo, da esa impresiòn...

Corresponsal para BlogBis en el Congreso dijo...

Qué pena. Mujeres como esa si que hacen falta.