28 de noviembre de 2011

Krassnoff o el temor al pensamiento independiente





"Que el revolucionario debe ser combativo, que no debe darle tiempo a los reaccionarios a expresar sus ideas contrarias a los interesas de los trabajadores y del pueblo” (Parafraseo de un cubano al Manual del Revolucionario)

La izquierda está enojada porque se le rindió un homenaje al preso político brigadier Miguel Krassnoff, condenado a 144 años. El mismo Ricardo Lagos le rindió un homenaje al grupo terrorista Movimiento de Izquierda Revolucionaria (Mir), diciendo que ellos habían sido importantes para el país. Lástima que no se ocurrió recortar y guardar la noticia. Si un periodista o un historiador comienzan a revisar las noticias del período de la administración de Lagos, la encontrará. De más está decir que no hubo escándalo. En otro sitio, alguien recordó que el ex candidato presidencial, Marco Enriquez Ominani, hijo del terrorista y fundador del Mir, Miguel Enriquez, el diputado René Alinco del PS, Alejandro Sule del PRSD y la socialista Clemira Pacheco le rindió homenaje a personajes los grupos terroristas Mir y el FPMR, César Bunster Ariztía y Andrés Pascal Allede. Ni el intelectual de la Nueva Derecha, Gonzalo Bustamante se escandalizó. Además de otros homenajes.

Si la ley de Amnistía de 1978 y los principios del Estado de Derecho rigen para la izquierda, significa entonces, que las condenas a los militares presos carecen de valor, de significado, además, de salirse de la ley. Si un gobierno se sale de la ley, hay que sacarlo. Habría que colgar a varios parlamentarios, jueces y políticos del gobierno.

El caso Krassnoff nos ilustra qué lo que entiende por derechos humanos la derecha es distinto a lo que piensa la izquierda. La funa y el breve secuestro que tuvieron los asistentes el lunes pasado en el Club de Providencia al homenaje al ex oficial del Ejército y la posterior presentación del libro por las organizaciones de derechos humanos, nos ilustra que los derechos humanos semánticamente significan cosas distintas para ambos sectores políticos. La izquierda puede funar, más no la derecha. La izquierda tiene libertad de expresión, la derecha, no. Si hubiese primado la concepción de los derechos humanos de la derecha conservadora liberal, entonces, los militares estarían libres y los terroristas presos, puesto que violaron los derechos humanos. Como estamos en el Chile bizarro, la cosa es al revés.

Lo que la izquierda no le perdona a Miguel Krassnoff, es que se enfrentó al Ernesto ‘Che’ Guevara chileno, Miguel Enríquez, quien a igual que el unabomber sueco portaba balas dum dum prohibidas en los tratados internacionales. Así y todo, los terroristas insisten que portaban armamento inferior al de las Fuerzas Armadas.



Ese deseo de censurar y no respetar las opiniones comenzó cuando la Concertación llegó al poder.

El hecho de no respetar la libertad de expresión, yo la padecí como cuento en un post que referí a unos cubanos en el exilió. Tuve un compañero en filosofía, a quien le gustaba sostener que todo fue retórica durante la Unidad Popular y del Mir. Y por tanto, el accionar de la DINA y la CNI estaba totalmente infundado. A ambas agencias las tildaba de terroristas. Era su visión y nada más. Se alteraba por una opinión diferente. Cada vez que intentaba refutarlo con hecho, literalmente, no me dejaba hablar. Dicho sea de paso, a nadie le deseo una experiencia claustrofóbica, asfixiante y kafkiana. Me dijo retórica con un tono de mosquita muerta. El tono de voz me es imposible reproducirlo. Entonces le dijo: ‘¡Qué maricón! Para ser izquierdista hay que ser marica. Entre a cualquier colectivo de izquierda y se volverá maricón’. Trate de explicarle las intenciones del socialismo en América Latina con el terrorismo, mas me impedía hablar. Él se centraba en el Gobierno Militar. Cualquiera explicación, o sea, de causa y efecto, no importaba. El socialismo chileno sin importar las generaciones siempre recurre a lo mismo. Le transmiten el odio. Luego aquéllas que no conocieron el comunismo hacen la misma pregunta: ¿Qué paso después del 11, como si ellos fueron las víctimas? Pues bien, lo que paso es que la izquierda chilena que quería ser dura e implacable como Lenin y el ‘Che’, descubrieron que eran unos cobardes, afeminados, mentirosos y maricas. Los socialista antes del 11 estaban seguros que podían aplicar la justicia revolucionaria del terrorista argentino: “Primero te fusilo, luego te pregunto”. De ahí que huyeran en estampidas a las embajadas, consulados y se escondieran bajo la sotana de los curas rojos. Ellos mataron y querían aniquilar a la burguesía y su aparato militar, y luego salen que los querían matar como ese mirista supuestamente desaparecido que apareció en la ciudad de New York. Se dieron cuenta que era su verdadera naturaleza. Sueñan con ser rudos, pero su naturaleza se los impide. Por eso, no dejan de lloriquear después de dos generaciones o de 38 años. A lo anterior, se suma que se les cayó el Muro de Berlín. Más tarde a ese compañero le mandé por e-mail una estadística, y me tildó de loco y de haber inventado los datos. No soy Baradit. El loco no me dejaba expresarme libremente.




El historiador Gonzalo Rojas denunciaba en el 2007, que en las universidades estaba apareciendo una censura al tratar ciertos períodos de la historia: “Cuatro años atrás, un grupo de alumnos de licenciatura en historia se negó a leer ciertas bibliografías, porque a su juicio constituían una mirada fascista de Pinochet; el profesor cedió”. ¿Son los mismos estudiantes, políticos e intelectuales de izquierda que exigen más calidad en las universidades? Al paso que vamos estaremos como Lysenko. ¿Son los mismo que atentan contra la libertad de expresión, porque el libro ‘Miguel Krassnoff, Prisionero por Servir a Chile’ les incómoda? Me acabo de enterar, que un grupo de estudiantes y profesores de la Pontificia Universidad Católica no toleran al mencionado académico por su última columna “Krassnoff, lecciones de nuestro pasado reciente”. Desean sacarlo. Creo, ni el mismo profesor esperaba encontrarse como el profesor que cita en el 2007. ¿Los estudiantes y profesores de izquierda quieren que conozcamos la historia reciente a través del mirista historiador Gabriel Salazar, el sociólogo Manuel Antonio Garretón o los documentales de la izquierda?

Esa actitud también está en el afán de la izquierda de imponer a los demás su visión de la historia en un periodo determinado a través del Museo de la Memoria. Sólo hay recordar lo que la izquierda quiere recordar. ¿Por qué no cierran las carreras de historia, sociología y ciencia políticas, tal como he manifestado?



Algunos han hablado del fascismo de izquierda para referirse a la intransigencia del Partido Comunista, representado por Camila Vallejo al no querer llegar acuerdos con el Gobierno. Y, naturalmente, en la ley que desea llevar adelante, el diputado del PPD, Tucapel Jiménez para prohibir cualquiera expresión pública al Gobierno Militar. Lo que vemos ahora, es la consecuencia que se remonta desde 1990 y el 2007.

Esta más claro que el agua, que a la izquierda le gusta pelear en cualquiera ámbito, ya sea el militar en el pasado, en lo político y en académico, sin que el adversario y/o enemigo, según los tiempos, no replique o le de la pelea. Si ocurre esto último, la izquierda pierde.

Igualmente, que la izquierda o el progresismo y la Nueva Derecha con su conducta, son contrarios al ideal de la Ilustración, que el filósofo alemán Kant formuló en su ensayo “¿Qué es la Ilustración?”: “Uno mismo es culpable de esta minoría de edad cuando la causa de ella no reside en la carencia de entendimiento, sino en la falta de decisión y valor para servirse por sí mismo de él sin la guía de otro. Sapere aude! [¡Atrévete a saber!] ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento!, he aquí el lema de la Ilustración”.

La izquierda tan progresista le teme al pensamiento independiente.

7 comentarios:

Andy dijo...

" 'Que el revolucionario debe ser combativo, que no debe darle tiempo a los reaccionarios a expresar sus ideas contrarias a los intereses de los trabajadores y del pueblo'(Parafraseo de un cubano al Manual del Revolucionario)"
O sea que el revolucionario expresa las ideas de los trabajadores y del pueblo.
O sea que él no es ni trabajador ni pueblo, porque reconoce que tan sólo expresa las ideas de quienes no son él.
O sea que el revolucionario no es pueblo ni trabajador.
¿Cómo sabe que lo que él expresa es lo que piensan los otros que no son él?

Ya sé que acá empiezan dos cuestiones jodidas:
-la de la representatividad.
-la de la vanguardia iluminada.
Se ha dicho y escrito demasiado sobre ambos temas.
Se han visto demasiados resultados catastróficos de ambos temas.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Andy:
Pese a tus argumentos, parece que en Chile todavía no nos hemos enterado de los resultados catastróficos, sobre todo, los nuevos revolucionarios. Véase Camila Vallejos y Cía.

El epígrafe lo puse para mostrar la violencia de la izquierda ante el que tenga una opinión distinta de la suya.

Andy dijo...

Javier: Desde Argentina vemos a los chilenos como ordenados y racionales... mucho más que acá!
Muchas gracias por tu respuesta!
PD: Camila Vallejo me hace acordar a Terminator 3.0... mejor envase, por dentro siempre el mismo programa.

Klaus Pieslinger dijo...

He escuchado la expresión "reaccionarios" en boca de al menos un padre de escuela privada sin subvención (la escuela).
Quiero creer que él recibe unos mangos por donarles el cerebro...
Como dice Benegas, a los únicos que sí se comprende es a los que venden el voto por un plan concreto.

Klaus Pieslinger dijo...

PS. Clap, clap, clap. Terminator 3... brillante.

Javier Bazán Aguirre dijo...

Andy:
Quizás ocupe la comparación de Camila Vallejos con Terminator 3.0., más adelante. ¡Genial!

Andy dijo...

Toda tuya, Javier...