El mercado
castiga a la compañía que pone un barco de coste muchas veces millonario en la manos de un inepto. Y esto es solo el comienzo.
No creo que nadie se queje, como pasa últimamente cuando son los países los afectados por las decisiones de los mercados, cuando la empresa vea afectadas sus facilidades para contraer créditos o asegurar sus barcos de ahora en adelante.
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