11 de abril de 2012

Formosa (de Francisco, por mail)


Viajé a Formosa para estas Pascuas. Días de reencuentro familiar, introspección y reflexión en el descanso de los días santos; pero además, con el interés de auscultar e intentar comprender la realidad de otro ámbito, tan acunado en la memoria y en mis sentimientos, pero tan distinto al que circunstancialmente pertenezco.

Al llegar a la capital provincial es fácil reconocer, en cualquier fragmento de su paisaje sociourbano, una idea del todo. Totalidad que se resume en una particular manera de vivir y de morir; de producir y consumir; y cuya condición fronteriza evidencia identidades, conductas y cotidianeidades ciertamente binacionales; tan sinuosas e irreverentes como el río que une y separa.

Palpando el pulso de las cosas, encuentro en Formosa una formidable replicación del modelo nac&pop. Su espectacularidad no reside en que este sea exitoso o positivo; simplemente está arraigado porque la sumisión sociopolítica local al mismo ha permitido aplicarse con coparticipada y subsidiada prolijidad.

Veamos: una sociedad fuertemente polarizada, conformada por un gran complejo popular que sobrevive con el alpiste del asistencialismo y clientelismo, dibujado en cualquier plan ‘para Todos’. Después, un exiguo segmento dedicado a la producción y al comercio, pasando por otros grupos o sectores que de alguna u otra manera dependen y funcionan dentro del Nostromo estatal.

En el poder, una dirigencia enquistada e instalada desde hace casi un cuarto de siglo, gobernando a través de aforismos partidarios que recuerdan al primer justicialismo, y que se reproducen cubanamente en cientos de gigantografías y cartelones antepuestos en escuelas, caminos y dispensarios, intentando compensar con ello la inoperancia propia del sistema. Es que pese a las obras y los eslóganes, los números rojos y los índices negativos parecen no haberse alterado suficientemente.

La oposición política es casi inexistente. Salvo la inocencia combativa de algún zurdo, o el acartonamiento de algún caudillo venido a menos, el resto ha sido cooptado, al igual que la gran mayoría de los medios e instituciones ‘civiles’, por diversos modos y formas posibles, como la intimidación, el soborno o la clausura.

Fuera de la gran ciudad, cielo y tierra componen un entorno natural que nunca deja de conmoverme. Recorriendo algunos pueblos del este provincial, por allí no cambian demasiado las cosas; salvo algunos imponentes emprendimientos agroganaderos, el paisaje es el mismo que hubo de deslumbrarme a principios de los setenta: bananales, chacritas y taperas que se reiteran o se pierden en la vastedad de un monte plagado de palmeras y leyendas.

Desconozco el centro y el oeste, pero amigos y familiares me han confiado que allí el ‘modelo’ no ha llegado; o bien, allí se erige una versión del mismo, a través de sus propios pretextos y contrariedades. Pobreza, atraso y una imposible oportunidad de prosperar, en medio de pozos petroleros de varios barriles diarios; los elementos de una ecuación que el poder sigue calculando con suma cero.

Rumores dispersos convergen sobre cierta afección que padece el ‘gober’; un ‘verdadero positivo’, me comentan, conmovidos, algunos allegados. Preocupa mucho la salud del primer mandatario provincial, al que se lo distingue imponente en los monumentales retratos que cubren a cada pueblo u oficina pública; pero genera mayor pánico la posibilidad que este Papá Noel de reelección indefinida ‘deje de darnos todo lo que tenemos’.

Esto es así, manos y bocas que no dejan de abrirse, pidiendo y esperando lo suyo; generaciones que hoy pugnan por vivir tan cómodamente como sus anteriores, reducidos al empleo público acomodaticio o a la dispensa mínima que les retribuye la perversa fidelidad al partido o al dirigente eterno. Desaparecieron el esfuerzo, la iniciativa y la mirada puesta en el porvenir; hoy es hoy y mañana seguramente vendrá algo que ‘la presidenta mandó para acá también, y nos toca’. Y si no manda, no importa, tengo un socio que me conseguirá lo que quiero; o se compra con créditos perpetuos de intereses; como la moto, que circula de a miles y por toda la provincia.

Mi viejo, laburante eterno y devenido en ‘pymero’, encontró en Formosa la oportunidad de desarrollar, con esfuerzo y sacrificio, un negocio con el que logró admirablemente superar décadas de frustraciones y fracasos, al galope por tres provincias anteriores. No obstante, dicha cualidad la empaquetó transformándose gradualmente, a modo de alucinado agradecimiento, en kirchnerista; actitud cuya inercia subyace creo, en la adhesión mecánica al peronismo de los hijos de mi abuelo (ay! si viviera y supiera de mis identidades políticas e ideológicas).

Celebra a Moreno, llora con Cristina y si se rompe el tujes laburando es porque lo viene haciendo de sol a sol desde los trece años; ahora mejor que nunca y, según él, gracias a Néstor. Le señalo las enormes e inconmensurables inconsistencias del modelo; o las contradicciones y absurdas proposiciones que Kicillof, por ejemplo, escupe a los postres, por Canal 7.

No quiere entender ni escuchar, no concibe otro cosmos que el establecido por los próceres calafateños. Aunque resulte un contrasentido entre lo que hace y lo que cree, concluyo que él también ha sucumbido a los vapores asfixiantes de este entorno expectorante; y me pregunto entonces hasta dónde este sistema ha enajenado voluntades; tanto a tipos descerebrados y de brazos caídos; como aquellos con alguna capacidad de neurona, músculo y respuesta.

“Roban pero hacen, no como Carlitos, que se llevaba todo”, me dice socarronamente mi viejo, en medio de la deteriorada armonía familiar de la sobremesa; y haciéndose cargo aún de los villancicos que le cantaba al riojano hace dos décadas atrás, mientras manguereaba un Duna cerokilómetro. Entre la endeblez de sus argumentos y mis torpes imprecisiones para rebatirlos, pone punto final a la conversación. Noto, con tristeza y algo de desesperación, que como con muchos otros parientes y amigos, en estos fieles conversos hay un discurso impostado, una conciencia arrendada, una actitud que no le es propia. No nos entendemos, ni nos comprenderemos; el modelo, finalmente, ha hecho lo suyo.

El domingo de Pascua, coincidente con el aniversario de la fundación de la ciudad, amaneció caluroso. Hacia el Paraguay, distante a un tiro de mauser, enormes cúmulos danzan el preludio de una tormenta; menos densos, sin embargo, que los discursos y los fastos oficiales para recordar la misión asignada al comandante Fontana, la de colonizar el territorio.

Advierto en los actos la poca correspondencia entre la sociedad y sus dirigentes; realidad que sin embargo, y más allá del voto, revela la costra cada vez más gruesa de apatía y conformismo que han ido condensando tanto benefactores como beneficiarios.

Me pregunto entonces hasta cuándo seguirá vigente este camino cíclico, el que arranca y culmina siempre en la frustración colectiva; en el error masivo de volver a creer en los que no creen; o en confiarle el destino muchos a los que no tienen voluntad de hacerlo.

Y, sobre todo, saber a que distancia está Formosa y el resto del país de superar este fenómeno de sometedores y sometidos. Me temo, aún con el mejor de mis ánimos, que estamos demasiado lejos todavía.

Elaboro estas reflexiones justo cuando se descuelga el temporal. Advierto cerca de mí, la figura de mi viejo, que también contempla en silencio la tormenta. Después de una tarde ocupada en tratar de explicarnos y entendernos, asumo que tanto él como yo intentamos hallar, por diferentes caminos, las mismas respuestas a nuestras cavilaciones.

Aún cuando por la siniestra espectacularidad de los relámpagos, Thor inspire solamente duros presagios.


9 comentarios:

BlogBis dijo...

Impecable, Francisco.

Francisco dijo...

Gracias, BlogBis, muy amable!

BlogBis dijo...

Hace poco estuve con un amigo que prácticamente dejó de hablarse con sus hermanos, porque siendo él anti-k, los otros se han hecho de 6-7-8 diario.
Esas divisiones muestran el plano en que se da la discusión en el país, creo que desde el 55 no de producía algo similar.

carancho dijo...

No se puede discutir con los kakeros, son como musulmanes fanàticos, ciegos a la realidad y listos a inmolarse por el lìder.
Buen post, Francisco.

Klaus Pieslinger dijo...

Estaba pensando justo en eso Rubén. estos tipos lograron resucitar el peor peronismo, el primero, con listas negras, fanatsmos y divisiones insalvables.

Francisco dijo...

En el apogeo del modelo, las chanzas y el desprecio de los Knaticos hacia los que no estaban con "ellos", tuvieron como ejes el de pertenecer al bando de los perdedores, o las clásicas denominaciones con que el peronismo se encargó de encuadrar a los opositores, o los que simplemente no adherían a la causa.
Ahora, cuando este sistema está evidentemente en las puertas del ocaso, mi temor se centra en la necesidad que tendrá el kirchnerismo en buscar, localizar y apuntar a los responsables de la debacle, que según ellos, pueden ser la oposición, los medios, o cualquier otro blanco móvil.
Pero en un nivel inferior, hay que ubicar a los rasos. Los tipos que hoy viven a planes y dádivas y por los cuales al kirchnerismo solo les basta con atizarles un poco el miedo a que pierdan todo; posiblemente, es allí donde se manifiesten las fricciones mas duras de este suicidio colectivo.
Entonces, no es de extrañarse que aparezcan algunas marchas de las antorchas, o nos marquen la puerta de la casa. Si de reescribir la historia se trata, es probable que estos tipos no solamente quemen alguna iglesia o clausuren algún diario; se animarían a dar un paso mas.

Mariano dijo...

Impresionante Francisco. Gracias por compartirlo.

Max A Secas dijo...

jaj, que tristeza, la descripciòn es perfecta. Los laburantes de verdad ven como en una familia de trabajadores que se rompen el culo juntan menos guita que en la casa de al lado, donde todos tienen planes y ninguno hace absolutamente nada (observaciòn de un capataz de campo hace unos dìas).
Mi familia fue siempre furiosamente antiperonista y eso le costò expropiaciones y empresas fundidas sin asco por el gobierno, pero leyendo lo que describis agradezco que hoy mi viejo y yo estemos del mismo lado del alambrado, la verdad que de otra manera al menos para mì serìa insoportable.
Muy bueno. Muy duro.

Anónimo dijo...

Creo que asi como a vos te parece ver tan claramente la realidad de como son las cosas los K y los Gildistas tienen el mismo derecho de pensar como se les de la gana! Soy Formoseña y hace años quiero que se termine el impero Gildo, sin embargo tengo a la mayoria de mis amigos y conocidos militantes Gildistas y he aprendido a que cada uno es libre de defender sus idelogias y nadie tiene derecho alguno de cambiarles el pensamiento ni se me ocurre decir tampoco que yo soy inteligente y ellos no que yo veo la realidady ellos no! Viendolo desde afuera (sin ser K y sin sentirmeidentificada ni representada por ningun opositor) tambien pude ver en mi provincia como empezaron a tildar a los K de negros vendidos y otros cuantiosos calificativos prejuiciosos y hablandocon un amigo (joven ingeniero exitoso y militante kirchnerista y gildista) me dice que a él no le interesa la postura opositora que el esta seguro del modelo que defiende, esta seguro de lo que quiere para Formosa, y que va seguir defendiendo este modelo todo acotado con sus justficaciones! En fin tu padre tiene su postura y es un hombre mayor que la peleo bastante para salir adelante, dale un poco de credito, ya que todo depende de la perspectiva de cada uno!