Bastante claridad de parte de un menor de edad bastante más sensato que muchos adultos a los que les encanta seguir alabando en público, sesenta años después de muerta, a una resentida, prepotente, totalitaria, frívola y borracha de poder que compraba amor con limosnas, a la que la necrofilia pelotuda de esta sociedad la convirtió en una santa inmerecida solamente por haber crepado antes de que el paso de los años la dejara plenamente en evidencia por lo que fue.
1 comentario:
Aplauso, medaya y beso al pendejo que dice lo que nosotros, los supuestamente adultos, no nos animamos a decir por temor a que nos caguen a tiros.
meg@radio
Publicar un comentario