5 de septiembre de 2012

En fin, qué otra cosa podíamos esperar

El anestesiólogo de la Patria e incomprensible estrella sucialista de los que todavía sueñan con un progresismo que pueda hacer algo más que cagadas, Hermes Binner, salió a aclarar que sólo estaría con Macri "en caso de dictadura, guerra o una invasión", después de haber dicho días atrás que no había que "ponerle una bolilla negra" al PRO.

Seré curioso, ¿cómo le dice Binner a un régimen en el que una agencia burocrática fija impuestos en lugar del Poder Legislativo, en el que todos los días salen nuevas medidas que restringen los derechos y libertades de los ciudadanos, en el que los resortes del poder estatal se ponen al servicio caradura de un partido, en el que abiertamente se habla de toquetear la Constitución para perpetuar en el poder a una persona y en el que encima se practica la persecución fiscal (por ahora) contra quien ose hacer una crítica pública, por sólo enumerar algunos de los atropellos del gobierno de la GenIA?

Evidentemente no es una "dictadura" para Binner, quien de paso salió a avisar que iba a votar a favor de la baja de la edad de votación a 16 años. Esto último no sorprende para nada. ¿O alguien todavía esperaba que Binner y sus FAPpers votaran por una puta vez en contra de lo que quiere la Vaca Estúpida?

Claro, hacer eso implicaría comportarse como si fuesen una fuerza de oposición en vez de conformarse con solo declararse como tal y seguir siendo kirchneristas con vergüencita que todavía dicen "por favor" y "gracias".

4 comentarios:

Sine Metu dijo...

Ayer en la Catarsis (ver) comentaba que el pueblo de la capital federal votó masivamente a Lopez Murphy en 2003, a la gorda Carrió en 2007 y a Binner en 2011. La degradación ciudadana ha sido catastrófica.
Gracias, Mauri.

carancho dijo...

Qué decepción este tipo, caramba.

El enmascarado) dijo...

¡Y dale con los porteños!

¡También tenemos la culpa de que exista Binner!

Julio Rougès dijo...

¡Bien Mayor Payne! Lo que me impresiona de La Nación y otros diarios, es que quieren hacer una tibia oposición, pero seguir conservando el perfil "progresista" que en Argentina es una suerte de certificado de respetabilidad. Ellos han contribuido a inflar a Binner, que, como bien lo señalas, sólo se diferencia del kirchnerismo en las formas, pero jamás se opuso a ninguna de las medidas totalitarias del gobierno.