5 de diciembre de 2013
Legítima defensa ciudadana.
En Perfil de hoy publicaron esta foto mostrando a dos motochorros que habrían sido bajados de la moto cuando se acercaron a una calle de Córdoba donde los vecinos se habían organizado para defenderse de los ataques de estos chorros profesionales.Los vecinos, de la clase que a mí me gustan, los bajaron de la moto de un garrotazo y les pegaron una marimba de palos y de patadas como para que lleven y repartan. Luego, los entregaron a la Policía en buen estado de salud, aunque parecían tener alguna dificultad para hablar sin escupir un diente... Es un problema habitual cuando te parten la trompa de una buena piña o de varias bien puestas, como anhelo haya sido en este caso.
Felicito a los vecinos por su eficaz y controlada reacción ya que tuvieron la inteligencia y prudencia suficiente como para no lincharlos porque eso sería un crimen y todo el peso de la ley caería sobre los vecinos, dado el reiterado hecho de que los criminales victimarios se transforman en víctimas en nuestro país, y simplemente los machucaron lo suficiente como para que no se olviden.
Espero que esos vecinos hayan tenido la precaución de no actuar a cara descubierta para evitar las represalias de estos hijos de puta que está claro que pertenecen a una banda organizada y que suelen estar armados.
Me contó un pajarito que las motos tienen la tendencia de irse a la merda cuando se le mete entre las ruedas un caño metálico o un palo de golf (los palos de escoba o los plásticos de los escobillones a veces no sirven porque se pueden quebrar) y que la indiada queda a pie y más bien despatarrada, momento adecuadísimo para expresarles nuestros sentimientos, con entusiasmo, para ponerlos de pie...
Pero a no pasarse en el entusiasmo y ojo con los garrotazos o palazos de golf en la cabeza ya que pueden matar, no hay que pegar ahí, pero un buen garrotazo en la base del cuello hacia la clavícula (golpe favorito de la Guardia de Infantería de la Federal que supe experimentar en carne propia en mis años mozos de estudiante universitario y que me dejó imborrables recuerdos) deja el brazo correspondiente absolutamente inútil aunque el indio, perdón, el originario sujeto esté tan falopeado que no sienta dolor.
Tampoco hay que abusar de las patadas en el lomo para despertarlos amistosamente, porque una costilla rota puede perforar un pulmón y matar y eso está mal y los buenos ciudadanos no pueden comportarse igual como las bestias ésas.
No es necesario excederse sino saber dónde golpear, por ejemplo, una rodilla o un codo golpeado con fuerza al revés de la articulación, suele hacer que el golpeado pierda súbitamente el interés por el mundo exterior. Una rodilla hecha puré tiene el curioso efecto mecánico de que impide al sujeto correr o, de haber sido bien golpeado, ni siquiera puede mantenerse en pie. Se produce un fenómeno reptante del sujeto originario que llena de satisfacción al público presente al comprobar la eficacia de un golpe bien aplicado..
En fin, reitero mi convicción absoluta en el respeto constitucional al cumplimiento de la ley y del monopolio del Estado para ejercer la violencia legítima en la represión del delito, pero cuando el Estado y sus fuerzas de seguridad están ausentes y hay vándalos sueltos, reitero mi derecho humano y constitucional de cada ciudadano a la legítima defensa de la propiedad privada y de la seguridad suya, de su familia y de sus vecinos. Eso sí, sin excederse en el medio de defensa, que tiene que ser proporcional a la magnitud de la amenaza para evitarse problemas legales, pero si alguien me dispara o me amenaza con un arma. deberá esperar que me defienda de igual forma. Y después, hablamos...
Mis aplausos a esos vecinos cordobeses que no aceptaron ser víctimas indefensas y les plantaron cara a los criminales.
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13 comentarios:
Brillante, Don Enmas.
Aunque soy de la opinión de que colgar a esta basura en la entrada de cualquier barrio es un efectivo disuasorio.
Ironía... hasta ahí.
En La Matanza hay miles de personas sin luz desde el lunes. Y hoy ya es jueves.
Me pregunto si está bien que siendo mujer esté totalmente de acuerdo, pero es lo que siento.
Y pregunto: por qué "no hay que pegar ahi"?, creo que sería un beneficio doble para la Humanidad, más aún si pensamos que estos mal nacidos generalmente se multiplican exponencialmente.
Don Enmasca, sus consejos merecerían ser vastamente publicados para que todo el mundo se "instruya". Pero claro, eso es imposible: estamos en la Argentina de la locura.
Emma Peel
Un amigo mio que tenia (murio hace unos años) lo dejaron demorado o preso (nome acuerdo) unos dias por lesiones, por el simple hecho de parar a un arrebatador.
Yo le romperia ambas manos y ambas rodillas cosa, que no pueda caminar y sin manos robar le sera dificil , al menos por un TIEMPO LAAAARGO!!y soy mujer !!
Yo le agregaría, Don Enmascarado, obviamente con su permiso, darle un buen par de adoquinazos en ambas manos, para que las fracuras de todos los huesitos (falanges, escafoides, etc.) les impida -si no de por vida- al menos por un buen tiempo empuñar un arma.
Las fotos de las motitos quemadas son muy elocuentes. Me hacen pensar en la recurrencia del enfrentamiento civilización-barbarie
Estoy de acuerdo, mi querido don Enmas, pero con algunas acotaciones no tan al margen. En nuestras circunstancias, es MUY imprescindible no ser identificado por una de estas alimañas ni ser delatado por otras que pudieran estar merodeando alrededor, cosa que en una de estas urgentes situaciones es difícil de hacer. Cuando con respecto a la seguridad lo que impera es la anomia policial y jurídica, la posibilidad de una represalia por parte de estos subhumanos es altísima. Y esto es así fundamentalmente porque creo que en ellos está vedado comprender el escarmiento como aprendizaje, son incapaces de arrepentimiento; con los dientes en las manos, sólo serán capaces de aumentar su odio y su sed de venganza: en su elemental psicología apropiadora (esto a los bien nacidos nos cuesta entenderlo) no hay un “yo te saco lo tuyo” sino un “devolvéme lo mío”. Lo justifican como un acto de auto-reparación.
Lamentablemente, creo que sólo en un país donde mínimamente esté garantizado un Estado de Derecho es posible ejercer este tipo de defensa civil, tal como lo está en nuestra Constitución. Hacerlo aquí y ahora es encender una mecha muy pero muy jodida. No se practica la pesca de mojarrita en medio de un mar infectado de tiburones.
La única forma de terminar con este flagelo delincuencial, lo veamos posible o no, es con una enorme decisión política de usar las fuerzas legales. Y hacerlo a fondo como lo hizo J.A.Roca: “no se mata a las hormigas de a una, hay que ir directamente hasta el hormiguero”. Eso nos garantizó por lo menos 80 años de prosperidad y civilización.
Como creo que por circunstancias históricas -en mi opinión irreversibles- eso no volverá a ocurrir, mi recomendación es que antes de mancharse las manos con sangre de ratas, y siempre que sea posible, es preferible irse del país. Si ya no podemos hacerlo nosotros mismos, por lo menos que lo hagan nuestros hijos. Me dirán que pensando así nunca hubieran existido un San Martín o un Belgrano, pero creo que la época es muy distinta, la vida es corta y el mundo ahora es mucho más amplio y lleno de posibilidades como para quedarse a desratizar una tierra cuya mayoría de sus habitantes no desean ser desratizados porque lo considerarían un suicidio en masa.
Acabo de ver una ilustración en chuíder sobre el peronismo que me pareció excelente.
¡Genial, la involución argentina!
Mi queridísimo amigo Gus VF: su opinión es altamente respetable para mí, pero me gustaría que lea bien mi post y verá que destaqué la absoluta importancia del imperio de la ley y la Constitución en el ejercicio del monopolio de la fuerza por parte del Estado.
Mis consejos fueron solamente para circunstancias excepcionales en las que los ciudadanos decentes quedan desamparados frente al ataque del malón porque hay una total ausencia de policías.
También destaqué la necesidad de actuar con prudencia y con especial cuidado de no excederse para evitar problemas legales.
Le agregaría que, aunque comparta el deseo de varios comentaristas
de lesionar las manos o las piernas de los chorros en forma permanente, esto lo único que lograría es que el ciudadano honesto termine procesado por lesiones graves y que encima se coma un juicio civil por "incapacitar en forma permanente para el trabajo" a un HdP que nunca laburó en su vida y al que ahora habrá que pagarle una fortuna como si fuera bueno.
Es una tontería, e incluso un delito si no se tiene portación, hacer exhibición de armas en plena calle como hicieron varios a cara descubierta para colmo. En el techo de mi casa o dentro de mi propiedad, la cuestión es algo diferente, pero sigue siendo peligroso estar armado a la vista de todo el mundo.
Hay vecinos del barrio Nueva Córdoba que actuaron con criterio preventivo cortando calles y formando grupos, pero no tenían armas de fuego a la vista lo que no significa que no las tuvieran a mano...
Coincido plenamente en que no hay que mancharse las manos con sangre, pero esto no implica quedarse pasivamente esperando ser una víctima.
Cada uno decide sobre su vida como mejor puede y no pretendo decirle a nadie lo que tiene que hacer.
En mi caso, a mis 62 años y con la vida ya vivida en su mayor parte, me niego a dejarles mi país a los HdP y menos aún a los violentos.
Tengo muy poco que perder ya.
Años pocos atrás, tuve que vender una quinta en plena zona de campo que habíamos construido mi mujer y yo, con gran esfuerzo a lo largo de años, porque aumentó la criminalidad en la zona y tenía que proteger a mi mujer y a mi hija preadolescente en una quinta indefendible desde el punto de vista de la seguridad. E hice bien.
Mis hijos ya son adultos y están educados como para abrirse camino en el lugar que prefieran o puedan.
Para mí, y a mi edad, no hay opciones de exilio económico que valgan la pena. He vivido muchos años fuera del país y no es tan fácil como muchos creen.
Quisiera recordarle, amigazo, que cuando subió Chávez y empezó a avanzar sobre la libertad y a imponer su "socialismo" violento y corrupto, más de 1 millón de venezolanos decentes emigraron y se la dejaron servida a las bestias. Cuando reaccionaron los demás, ya era bastante tarde.
Un abrazo.
Amigo Enmas, le puedo asegurar que creo haber comprendido bien su post pero redundé y me excedí (como siempre) escribiendo sobre el legítimo uso de la fuerza en defensa propia cuando Ud. ya largamente lo había expresado. Ése no era el punto, eso ya no iba dirigido a Ud. En realidad la intención principal de mi comentario era matizar y enfriar un poco el tono a lo Marqués de Sade en que se iba convirtiendo esta serie de comments, resaltando el contexto-país para que un derecho de este tipo, tan extremo y delicado, pueda y deba aplicarse, recordando lo más objetivamente las circunstancias político sociales y las verdaderas consecuencias de nuestros actos en lo real de la Argentina, más allá de nuestros legítimos deseos. Es muy cercano a plantear (y todo es discutible y por eso lo hago) el tema de la pena de muerte, que más allá de si estamos o no de acuerdo en sus aspectos legales y morales, ¿podemos imaginarnos lo que serían jueces peronistas aplicándola?
Amigazo Enmascarado, sé que hemos vivido una experiencia similar: recién casados, alcanzamos con mi esposa a comprar con esfuerzo una casa en las afueras de una ciudad del conurbano, casi campo. A los pocos años y como si se tratara de una colonia de hongos (bueno, lo son) me vi rodeado de repente por una importante toldería con cumbia villera funcional al mango las 24 hs., droguería y demás amenities. Esos duros años de forzada convivencia me enseñaron definitivamente, en carne propia, de qué van y qué son “los pobres y humildes” en Peronia. Afortunadamente pude huir a un barrio donde ahora (créase o no) un día un vecino me avisó que esa noche su hijo iba a festejar su cumpleaños y que podía llegar a oír un poco de ruido, cosa que ni siquiera ocurrió, disculpándose de antemano. Casi como en los países civilizados (cosa vederes del Archipiélago Sobreviviente Argentino).
En cuanto a emigrar, es una sugerencia que solo me animo a darla a gente de -30, por eso si se lee bien mi comentario anterior, se ve que no hago más que relativizar y condicionar el tema.
Pero bueno don Enmas, me estoy quedando dormido, y ya no sé si estoy siendo del todo claro o si dije todo lo que quería decir… se me desintegran las palabrazzzzz…
Un fuerte abrazo!
Yo estuve presente cuando estos dos pibes fueron linchados. Fue en la esquina Independencia y Peredo del barrio Nueva Córdoba, barrio constituído en su mayoría por estudiantes.
No saben lo que fue el miércoles a la noche acá. Dos horas a puro gritos, tiros, motos andando a mil por hora, gente afuera, palos, barricadas y todo el mundo en un estado de excitación y de locura colectiva inexplicable. Cada vez que me acuerdo me parece que fue irreal.
Uno de estos pibes es un tal Hernández, lo se porque al otro día salieron los familiares a hablar por los medios diciendo que no había tenido ninguna culpa y que el pibe sólo atravezaba en moto por el barrio,osea que estaba en el lugar y momento equivocado.
La verdad que no se que creer, porque como dije antes, el nivel de locura, excitación, clasismo, racismo y odio convirtieron a mis vecinos en seres tan bárbaros como los saqueadores. A cualquier autito medio choto que encontraban lo paraban, cualquier moto (pasan siempre motos por el barrio) que pasaba tenía que esquivar los botellazos de los edificios. "Matenlos a estos negros de mierda", "a cada negro hay que matarlo", "dejen que se desangre en el piso", en fin, una brutalidad tremenda.
"Hay que matarlos a todos", esta parece ser la consigna del ignorante de clase media actual. No propone más nada. Para el matador de negros la realidad es muy simple. Hay que eliminar y ya. Pensamiento unidimensional que no puede ver más allá. No hablar de la posición conservadora, que por contrariar cierto humanismo hegemónico también la acepta.
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