19 de marzo de 2014

Primera sangre en Crimea

Cosacos del Don de Putin 


Chetniks en Crimea

Como sabrán, supuestas "fuerzas de autodefensa rusa" de Crimea intentaron tomar un cuartel de militares ucranianos en Semfirópol y, según el gobierno de Kiev, habría muerto un soldado ucraniano y resultado herido un oficial de ese país. Por su parte, algunas fuentes rusas hablan de que habrían muerto un soldado de Ucrania y un miembro ruso del grupo de autodefensa. También se dice que las fuerzas atacantes estarían compuestas por Cosacos del Don al servicio de Rusia.

El gobierno de Kiev ha autorizado a sus militares en Crimea a hacer uso de las armas para defenderse en caso de un ataque a sus cuarteles, pero parece que el gobierno ucraniano ha matizado este uso con el condicionante de que "siempre que haya vida de ucranianos en peligro"... Este pequeño matiz obviamente le descarga toda la responsabilidad del caso sobre las espaldas del el oficial jefe del cuartel que tendrá que decidir si el ingreso de una banda de enmascarados, armados hasta las verijas, a un cuartel ucraniano pone o no en peligro las vidas de los soldados de la guarnición aunque entren sin disparar un tiro...
Francamente me parece un asco este tipo de orden dictada por un general de escritorio o burócrata en el Ministerio de Defensa de Kiev que está a buen resguardo.   

Las tropas ucranianas en Crimea están en una situación comprometidísima desde el momento en que Rusia ayer aceptó la incorporación de Crimea y de Sebastopol a la Federación Rusa, ya que esas tropas han pasado a ser "fuerzas extranjeras" en territorio ruso, y están rodeadas por tropas sin identificación visible, pero claramente rusas con un muy superior poder de fuego.

Como había señalado en un post anterior sobre el tema, los oficiales de Ucrania en Crimea están en una posición muy complicada y, más aún si su gobierno les manda ese tipo de órdenes en lugar de darles claras instrucciones acerca de cómo deben actuar. 

Imaginemos a un coronel ucraniano con 500 hombres a su cargo entre oficiales, suboficiales y tropa, algunos vehículos blindados, ametralladoras, morteros y camiones, así como las instalaciones del cuartel con sus municiones y abastecimientos.  Creo que ese coronel deberá  pensar en que tiene cuatro escenarios posibles:

a) Pasarse al bando ruso y entregar la Unidad sin combatir: habrá que ver si todos sus hombres están dispuestos a seguirlo o si se le retoban unos pocos (lo que sería más o menos sencillo de solucionar) o si se le desacatan muchos y terminan arrestándolo o reventándolo a tiros. En este último caso, será un futuro héroe para los rusos, pero un seguro cadáver, lo que no parece ser una opción muy deseable. 

b) Entregar la Unidad y pedir paso libre para sus tropas para abandonar Crimea pacíficamente hacia el territorio ucraniano controlado por Kiev: difícilmente los rusos consientan en que las tropas se retiren armadas o con su armamento pesado, no tanto porque necesiten el equipamiento medio obsoleto de los ucranianos, sino por razones de poder y prestigio. La magnanimidad no es una característica muy rusa, conforme la historia, y menos en un ex-KGB como Putin. Por otra parte, dejar la ferretería en manos rusas es una humillación importante para un oficial profesional y tendrá que rendir cuentas de sus actos ante un Tribunal Militar en Kiev para afrontar las consecuencias que, en el ambiente de exacerbado nacionalismo reinante, pueden ser muy serias.    

c) Rechazar cualquier intimación rusa de entregar la Unidad y defenderse ante un ataque: puede ser una resistencia meramente simbólica como para salvar la cara ante sus mandos superiores, lo que igual requiere algunos muertos y heridos entre sus tropas, y luego rendirse ante la "abrumadora fuerza enemiga" y salvar las vidas de sus hombres restantes; o combatir en serio hasta el final inevitable por la diferencia de poder de fuego entre rusos y ucranianos. Las consecuencias de un combate de esta última clase son bastante imponderables porque nada inflama más el nacionalismo que tener héroes militares o mártires muertos en defensa de la patria y esto vale para ambos bandos en disputa ya que habrá también bajas rusas. Una ola de nacionalismo militarista recorrerá toda la zona y esto no le conviene demasiado a nadie porque puede escalar la tensión a un nivel muy peligroso.

d) Que se mantenga el incierto statu quo actual por más tiempo: Mientras llegan instrucciones,  esto implicaría saber o suponer que se estará negociando algún tipo de solución o salida pacífica más o menos elegante entre Ucrania y Rusia, por ejemplo con la mediación y participación de la Unión Europea, para salvar los respectivos orgullos nacionales y evitar un conflicto mayor. Temo que Putin no esté dispuesto a dejar dilatar mucho más la presencia de tropas de Kiev en Crimea y Sebastopol, por lo que si no se alcanza rápidamente un resultado concreto se plantearán los escenarios mencionados con mayor peligro de choques armados.

Espero que Kiev les dé órdenes concretas y claras a sus tropas en Crimea para que eviten a toda costa combatir, pero me parece que es un deseo influido de "buenismo" porque mis razonamientos son los correspondientes a un observador Occidental y no alcanzo, pese a que me esfuerzo, a ponerme en el lugar de un gobernante de Europa Oriental, lleno de un nacionalismo de raíces históricas, que esté dispuesto a que mueran los jóvenes  inútilmente en una zona militarmente indefendible.

Por otra parte, he visto que hay Chetniks serbios, veteranos de la reciente guerra de los Balcanes, actuando del lado ruso en Crimea a cara descubierta y con insignias serbias. En el mismo bando también hay cosacos del Don interviniendo y que constituirían buena parte de las "fuerzas de autodefensa prorrusas". Estos grupos tienen en común su fuerte sentido religioso ortodoxo ruso y su defensa a ultranza de los eslavos ortodoxos en total consonancia con el fervor nacionalista ortodoxo que está impulsando Putin desde hace ya varios años en Rusia y zonas aledañas.  


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