26 de junio de 2014

Un país que ya no volverá

No creo que valga la pena ponerse nostálgico por el país de mi infancia promediando ya la década de los 40 porque seguramente la Argentina de hace treinta o cuarenta años tampoco era un paraíso y la pendiente de la decadencia estaba ya en plena acentuación.

Sin embargo recuerdo que en aquella época el villero era un personaje marginal, no puedo decir minoritario pero seguramente menos difundido que ahora.

Recuerdo que para ir a la casa de mi prima en Lanús tenía dos opciones: tomar el 115 desde mi casa y luego otro colectivo en Pompeya cuyo número no recuerdo, o bien hacer el viaje de un solo tirón con el 188.

El viaje en el 188 tenía una particularidad que hacía su trayecto menos deseable: pasaba por un par de villas miseria. Recuerdo hoy día las imágenes que observaba mientras el colectivo bordeaba las calles de tierra de esas zonas marginales.

En esa época había villas, pero para verlas tenías que tener un poco de mala suerte y provenir de ellas no era un motivo de dignidad sino de verguenza social que incluso empujó a muchas familias a salir de esos entornos con trabajo y esfuerzo para lograr mejorar su nivel de vida.

El tiempo ha pasado y nos encontramos que ahora la villa miseria no es solo la zona que alberga las viviendas de muchos más argentinos que durante mi infancia sino que es un símbolo de dignidad que hay que honrar y cuyo entorno incluye una serie de "valores" que merecen un día que los conmemore.

Gracias Carancho.

5 comentarios:

carancho dijo...

De nada, Don Jorge.
Finalmente, que el supuesto homenaje a los villeros venga de tipos que viven mayormente en Puerto Madero y manejan coches importados valorados en muchos dólares... no sé si es cinismo o imbecilidad.
Saludos.

Alberto dijo...

Ser villero es un fracaso social, implica vivir con absoluta carencia de todos los servicios básicos (agua, iluminación, saneamiento, pavimentación y otras cosas que el común "gorilaje" vivimos como normal), porque esto es lo que los hace indigno como ciudadanos, tienen que salir de allí siendo "propietarios" y nunca "ocupante".

Como comenté en el post de Paganini, esto es muestra irrefutable del fracaso de la mentirosa "década ganada",sin embargo asumen como logro que estos se queden encerrados por varias generaciones sin percatar que los que reivindican se desplazan en Audis y departamentos con miles de u$s el m² como señala carancho.

Se supone que se rebelan a sus opresores por perpetuar la pobreza pero en este caso la estampita peronista obra como un arma neutralizadora que utilizan estos crápulas para salir indemne y manejar a su antojo vidas ajenas y miserables.

BlogBis dijo...

Ya comenté por acá que en algún momento vi un artículo que pretendía explicar que las villas como la 31 arrancaron en la década infame, cuando está sobradamente probado y escrito que se empiezan a conformar -como tantos males actuales- entre fines de los cuarenta y principios de los cincuenta, y se consolidaron desde entonces

Anónimo dijo...

TN Noticias hace lo suyo con su programa sobre las villas en el cual se las muestra como algo grandioso y digno.

Gus VF dijo...

Hablando de homenajes, hoy viernes 27 hay asueto administrativo. Digo yo, ¿el Día de los Ñoquis no era el 29?