26 de octubre de 2014

Un valiente a la antigua usanza


Kevin Vickers en su traje ceremonial  

Vickers después de haber eliminado la basura

S

BB, Max, Mayor Payne: ¿Vickers usó esta o

...esta otra pistola? ¿15 proyectiles o 10?  

Sigue habiendo personas valientes en el sentido tradicional de la palabra valentía, es decir, la asociada con acciones donde el protagonista pone en juego su propia vida, pero en cumplimiento de un deber profesional. Los militares, los bomberos, los policías, los rescatistas de emergencias, los médicos y enfermeras que cumplen su trabajo en condiciones peligrosas, son ejemplos claros en cualquier país del mundo de profesiones que entrañan peligro personal para defender, rescatar o curar a otras personas que, la mayoría de las veces, son desconocidas para los que arriesgan su vida casi cotidianamente. Esto requiere vocación, capacitación, entrenamiento y, sin duda, coraje físico.
Pero cada tanto ocurren hechos violentos que sorprenden por su magnitud o, como el pasado miércoles en el Parlamento de Canadá en Ottawa, por la figura de quien resulta ser la persona que hace frente a la amenaza mortal y la termina.

Tal vez les haya pasado lo mismo a muchos que, como a mí me ocurrió, se habrán sorprendido cuando vieron el video de los tiroteos y cuando se conoció quién había sido el policía que abatió al terrorista islámico converso.

Cuando ví a un hombre mayor, corpulento, totalmente canoso, formalmente vestido con traje (pero con una corbata rara) pistola en mano, pensé que había entendido mal, no podía creer que hubiera sido ese jovato el que había reventado a la basura terrorista ésa. Estoy acostumbrado a tantas noticias y películas donde siempre son jóvenes los soldados de fuerzas especiales que enfrentan a los terroristas que no podía creerlo, convengamos también que nunca se ve a un tipo mayor sin ningún uniforme que ande a los tiros en un Parlamento...

En cualquier caso, era evidente que el señor mayor había demostrado tener bien puestos lo que hay que tener para pelear así.

El "señor mayor" resultó que era el Sargento de Armas del Parlamento, lo que me sonaba bien castrense, pero no tenía ni idea de cuáles eran las funciones del cargo. Cuando lo ví con el traje con bicornio, una corbata de pastor anglicano o de Hermano Marista, collar ceremonial y un flor de garrote dorado, con corona y todo, de estilo bien british, casi me caigo de espaldas. Parecía un grandote serio, pero inofensivo, hasta que se prestaba atención a las condecoraciones que lucía en su pecho. 

El Sargeant-at-Arms, Kevin Vickers, es Oficial de la Real Policía Montada de Canadá, con grado de Superintendente Jefe, con 29 años de servicio sobre el lomo, que en su carrera había protegido autoridades extranjeras de visita en Canadá, pero que nunca había usado su arma contra alguien...

Me informé de que la función del Sargento de Armas es la de ser el responsable de salvaguardar la autoridad de la Cámara de los Comunes, y la maza ceremonial que porta ingresando a la Cámara cada vez que sesiona, es el símbolo de esa autoridad. También es el responsable directo de la protección y seguridad de los edificios del Parlamento. 

Vickers hace ocho años que está en ese cargo y ha sido honrado, merecidamente, por el Primer Ministro, el Parlamento entero, la prensa y el público canadiense por su comportamiento heroico del miércoles pasado.
Se la jugó con todo el hombre y cumplió con su deber.

Pero como la Historia, al igual que los dioses suele ser veleidosa, por no decir muy turra, hay una ironía detrás de estos hechos.

En una amplia cobertura de estas noticias, el diario australiano Daily Telegraph hablando de Kevin Vickers publicó:  It is believed he was against overly restrictive security measures, saying he did not want to see fences around Parliament House. “In America, security trumps all,” he told a local newspaper. “I don’t think that’s the Canadian way.”

Afortunadamente y gracias a su coraje y decisión, Vickers tendrá la oportunidad de corregir su anterior punto de vista y darse cuenta de que el Canadian way parece haber resultado insuficiente. 

Caído en servicio
  
No me quiero olvidar de honrar al soldado muerto, Cabo Nathan Cirillo, de 24 años, que montaba guardia de honor en el National War Memorial, con su fusil descargado cuando fue asesinado mediante dos tiros de escopeta...

En los tiempos que corren desde hace unos 15 años, no tengo idea de si es habitual en los países del Primer Mundo que los soldados estén sin munición cuando están de guardia de honor.
Me consta que los Royal Guards hace rato que llevan munición viva cuando hacen guardia frente a al Palacio de Buckingham y lugares semejantes. Los ingleses aprenden de la experiencia. 

En mis años mozos, los Granaderos y los Patricios en uniforme histórico estaban sin munición, pero siempre había cerca conscriptos armados. Ahora, ni los centinelas de los cuarteles tienen los fusiles cargados...

Si el Canadian Way incluía que los soldados estuvieran inermes ante un ataque, espero que hayan aprendido la lección escrita con sangre.

Un último comentario, dicen las malas lenguas que, cuando empezaron a sonar los tiros, los parlamentarios que estaban en la sala empezaron a trancar las puertas y algunos hasta quitaron las astas de bandera para intentar defenderse si entraban los terroristas, lo que me parece perfecto. Pero el Prime Minister, espero que NO haya sido por sugerencia de sus custodios, se metió adentro de un armario y no salió hasta que le avisaron... 

(Aclaro lo de por qué no hay que esconderse en un armario (a menos que sea un cuarto de seguridad). Estás encerrado, no ves lo que ocurre, si abrís la puerta el terrorista puede detectar movimiento y disparar, en todas las películas los armarios son cosidos a tiros y salir del armario, vaya y pase, pero volver a entrar... ¡Hay que decidirse, che!)
   
Estoy de acuerdo con que la mejor parte del valor es la prudencia, pero también creo que ciertas funciones exigen que uno se acuerde del rol y de la conducta que exige un alto cargo y, más, el de un Primer Ministro.

No pude dejar de comparar la "prudente" actitud del canaco con la que mantuvo Adolfo Suárez cuando entró el rebelde Tte. Cnel. Tejero en 1981 a la Cámara de Diputados de España, con sus Guardias Civiles disparando las ametralladoras al aire...

No sólo no se escondió bajo las bancas, como hicieron todos los diputados con las únicas excepciones del viejo comunista Santiago Carrillo y del Teniente General Gutiérrez Mellado, sino que se mantuvo sentado y ayudó a Gutiérrez Mellado cuando éste se puso de pie, increpó duramente a Tejero y éste le pegó un empujón al viejo soldado que no se le achicó.

Adolfo Suárez sentado en su banca, Gutiérrez Mellado de pie brazos en jarras y Tejero brazo en alto y pistola en mano. No estoy seguro de si es Carrillo el que sigue sentado, arriba a la derecha al lado del logo de rtves. 

Por supuesto que eran otros hombres y que tanto Carrillo como Gutiérrez Mellado eran veteranos de la Guerra Civil, pero Suárez era un abogado civil que, a lo sumo, habrá hecho la mili, pero demostró un enorme coraje físico.

5 comentarios:

carancho dijo...

Un héroe. De los de antes.

BlogBis dijo...

Estoy muy complicado de agenda, y lo dejé pasar, pero el otro día le iba a dedicar un post al Sargeant-at-Arms que solito limpió al mierdita, mientras afuera la RCMP montaba un show con sus pibes vestidos como para intervenir en Helmand.

Sobre la pistola, a juzgar por lo que se ve en la foto, es una S&W 5946, full size, 15 tiros, 9mm

Al margen del merecido homenaje a Vickers, el episodio hace volver a la cuestión de cómo la mejor manera de parar a los atacantes armados es mediante... personal armado. Sea en escuelas, colegios, universidades o incluso cuarteles, donde la corrección política dominante ha permitido killer rampages sin oposición porque nadie porta.

Javier Bazán Aguirre dijo...

A propósito de edad, hay una historia sobre el desembarco de Normandía, en que un playa llega un señor de cuarenta años un poco gordo con un puro, donde había unos soldados que tenían en promedio 20 años, y que no sabían qué hacer. El cuarentón anima a los jóvenes a tomarse una empalizada, o sino no saldrían de ahí. Finalmente, lo logran.

Unknown dijo...

Estimado Javier: hubo varios oficiales de 40 años, o más, entre los que desembarcaron en las playas de Normandía bajo fuego enemigo.

En la primera ola de la invasión hubo solamente un general, Teddy Roosevelt (¡¡¡de 56 años!!!) de la 4ª División de Infantería que desembarcó en Utah Beach.

La anécdota del cuarentón con cigarro me parece que guarda similitud con lo hecho por el Segundo Jefe de la 29ª División de Infantería, Brigadier General Norman Cota, que desembarcó en la segunda ola de asalto en Bloody Omaha.

Cota se encontró con un caos absoluto donde los soldados ilesos (y los heridos) se amontonaban, pegados a un muro de concreto, sin haber intentado siquiera subir para atacar a los alemanes.

Él fue uno de los primeros oficiales en mover a los soldados porque, si se quedaban ahí, los iban a matar a todos ya que los alemanes les tiraban con artillería, morteros y ametralladores.

En la película el Día más Largo del Siglo es Robert Mitchum el que interpreta a Cota, pero no me acuerdo si lo muestran fumando un cigarro...

Javier Bazán Aguirre dijo...

Enmascarado:
Cuando lo escuché quede asombrado.
Es Robert Mitchum. Pensé que era licencia del cine esa escena que es opuesta a la escena de Tom Hank, 'El soldado Ryan'.

Incluso los héroes de los comics son juveniles la mayoría.