Ayer la Procuraduría General de México confirmó lo que era casi una certeza: que los 43 estudiantes secundarios que mes y medio atrás desaparecieron en Iguala fueron asesinados, quemados, sus restos molidos, y las cenizas tiradas a un río.
Atrás de este horror están las bandas del narcotráfico, la policía municipal totalmente penetrada por el narco, y el intendente de Iguala.
Recomiendo ver el video de la conferencia de prensa. Es terrorífico.
Lo primero que hay que plantearse es que si acá pasara algo análogo, el Estado daría vueltas por años, los jueces se tirarían la pelota, y terminaría sin saberse nada y culpando a las víctimas, cinco o seis años despúes.
La otra cosa que cabe pensar es que viendo la realidad argentina no estamos tan lejos de que pase algo parecido: que un político tome la protesta de estudiantes ( o de quien sea) como una ofensa personal, le ordene a "su" policía chupar al enemigo y que esta se lo entregue a una banda delctiva, narco o no, para que lo ejecute y desaparezca. Y ojo, no fueron 43 pero cabe preguntarse si ésto ya no viene sucediendo acá, en escalas homeopáticas.
2 comentarios:
Otra víctima de la inseguridad...
La situación de México es mucho peor que la de nuestro país, pero coincido en que ha habido varias boletas, sobre todo, en las provincias de Formosa, Tucumán, Buenos Aires y, creo que en Misiones también, donde el poder político local estuvo atrás mediante la policía provincial y en complicidad con delincuentes comunes o narcos, tratante de blancas, etc.
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