10 de noviembre de 2016

Votar con la vagina

En 2014 tuvo lugar un debate en televisión entre los principales candidatos del PP (él) y el PSOE (ella) para la elección de representantes al Parlamento Europeo. En una entrevista posterior al debate el candidato del PP hizo alarde de su dominio sobre su contrincante con un comentario con evidentes resabios machistas si se lo lee en el actual contexto de dictadura de lo políticamente correcto.

Resulta que el PSOE aprovechó el "desliz" del candidato del PP para volcar su campaña en los días restantes a hablar del machismo del candidato del partido conservador. Ante esto el candidato aludido  actuó cobardemente (como corresponde a todo político de la derecha acomplejada española) y casi dejó de dar entrevistas y salir en público para no tener que poner la cara ante el mal paso que había dado.

Al final el PP terminó ganando con una sustancial baja respecto a las elecciones del 2009 pero sin dar muestras de que el mencionado comentario del afectara notablemente en el electorado femenino.

Todo eso viene a cuento por lo que pasó en las elecciones del 8N en Estados Unidos. Fíjense este titular del progre Público: "Las mujeres blancas 'traicionaron' a Clinton y dieron la victoria a Trump por 10 puntos pese a su machismo".

Por mal que le pese a la prensa progre la segmentación en sexos, razas, nacionalidades no siempre funciona como ellos esperan. Los progres piensan que en ese afán de dividir la sociedad en grupos terminan ganando y por suerte se equivocan. Una vez más su visión de la realidad se muestra errada.

De todos modos, como en el chiste "El enmascarado no se rinde" sale ahora Sanders a amenazar con el próximo éxito de la estrategia de la segmentación:
"Si (Trump) sigue políticas racistas, sexistas, xenófobas y contrarias al medio ambiente, nos opondremos firmemente a él"

Finalmente no tengo más que reconocer la correcta postura de otro ícono híper progre como Susan Sarandon, que dejó claro antes de las elecciones que "no votaría con su vagina".


1 comentario:

carancho dijo...

Cierto feminismo actual da vergüenza ajena. Y da vergüenza a las mujeres.