Escribir sobre cómo la Izquierda usa el arte para manipular la historia reciente me ha salido bastante largo, pues tiene muchas aristas. Puesto que los artistas de Izquierda son partidarios de las medias verdades, podríamos denominarlos arte orwelliano las obras que ellos hacen como en el libro 1984. Se encargan de borrar los registros que perjudiquen la visión que tiene el Partido dominante.
En la película Camino a la Libertad que trata sobre unos prisioneros que se escapan de un gulag, no sé si durante Stalin o después de la Revolución. Un preso le explica al recién llegado que él era un actor que personificó a una aristócrata. Y por haber hecho ese personaje que estaba sobre la media del pueblo, se convirtió en el enemigo del proletariado. Por tanto, lo condenaron a 10 años. El actor con ironía dice: “Nunca me habían evaluado tan alto”. Esa tontería pensaba instalar si la UP hubiese continuado. No sé si la actriz Delfina Guzmán, madre de la niña y actual ministro de Educación, Nicolás Eyzaguiirre habrá visto esa película por el cable; pues tenía entendido que ella se declaraba comunista. Eso era lo que crían las ex comunistas Clara Szczaranski y la periodista de Ciper, Mónica González. El mismo actual ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre que en su juventud fue comunista y ahora desea terminar el proyecto inconcluso de la ENU, como su madre, la actriz chavista, Delfina Guzmán. En efecto, ella se declaró en el 2013, “una chavista con mucha cautela”, ya que según la madre del ministro: “lo que hizo en Venezuela por la gente pobre y humilde fue espectacular”.
Mientras la mayoría de la población estaba contenta con la intervención militar que sacó a Allende por las malas, pues él no quiso renunciar como se le pedía. La Unidad Popular produjo en debacle y económico. Además de la odiosidad en la convivencia y los grupos terroristas que no eran a gusto de la población que, sin embargo, la Unidad Popular los apoyaba. Los actores de teatro en vez de estar contentos porque se evito un a Guerra Civil y la instalación de una dictadura comunista, prefirieron oponerse al nuevo régimen. Mientras escribo este post, encontré un sitio donde sostenía que durante la UP, el teatro jugó un rol importante. Los actores y dramaturgos eran partidarios de la esclavitud comunista.
El dramaturgo chileno Juan Radrigán reconoce que las obras de teatro hechas durante el Gobierno Militar eran unos panfletos, hasta que apareció el dramaturgo Marco Antonio de la Parra, quien por cierto, votó por la Nueva Mayoría. Los actores de Izquierda se ufanan que ellos llevaban el teatro a las poblaciones. Para continuar con el lavado de cerebro, el señor de la Parra estrenó su obra de cómo era vivir bajo el Gobierno Militar. Obviamente, desde la óptica de la Izquierda.
Para el cuarenta aniversario de la segunda independencia nacional, en que nos liberamos de la opresión comunista, muchas personas públicas se confesaron, por así decirlo, de sus traumas familiares, que a su vez, eran un reflejo de la militarización de la política llevada por la Izquierda. Así el periodista Ascanio Carvallo confesó que madre siempre había sido una mujer partidaria del general Pinochet. No obstante, que unos soplones de su barrio la acusaran de ser pro Unidad Popular, por lo cual cayó detenida por la DINA y llevada a un centro de detención. Después fue liberada y siguió tan leal al nuevo gobierno hasta su muerte. Según Carvallo, el error de la DINA; según ella sus vecinos de Izquierda. Le creo a la madre. El hijo es como Arturo Fontaine y Hernán Larraín Matte. Unos culposos de derecha. El decano de la Facultad de Periodismo de la UAI no es están buen periodista, ya que él entrevistó a un agente de la CNI, encerrado en Punta Peuco. El militar le dice que el Ejército creó una unidad anti terrorista. Luego le pregunta la frase tan manoseada y tergiversada por la Izquierda, para sentirse víctima, “si tenían orden de matar”. El militar le responde que los terroristas también tenían orden de matar. En otras palabras, el autor de ‘La Historia Oculta de la Transición’ no sabe qué es una unidad anti terrorista y no le conmueve la desigualdad ante la ley, que el propio militar le manifestó.
Otro que se confesó fue el dramaturgo y director de la Escuela de Teatro de la Universidad Fines Terra – una universidad de derecha - , Marco Antonio de la Parra. En una entrevista en ‘La Tercera’ el año pasado confiesa que su padre era socialista y su madre demócrata cristiana. Él como su hermano del Mapu eran contrarios a la vía armada. O sea, para de la Parra había que llegar a un gobierno totalitario por vía administrativa. Según el dramaturgo, su padre sabía que el camino violento terminaría mal. Lo que no entendió el padre de la Parra, es que el camino constitucional de un gobierno que salió de ley y la Constitución también salió mal. Los chilenos se opusieron a las políticas totalitarias de la Izquierda, ya sea la ENU, ya sea JAP, entre otras.
Para el colmo de los males, después del 11 de septiembre de 1973, a un primo suyo le tocó ser guarda espalda de la señora del general Pinochet, Lucía Hiriart. Eso lo volvió lo loco. Para que vea que es mediocre Marco Antonio de la Parra, citaré las palabras de Nena Ossa que le dice al representante de Checoslovaquia, en la Expo de 1970: “Lo que dije. Ha sido candidato a la presidencia cuatro veces: 1952, 1958, 1964 y ahora. Durante todos esos años le ha prometido tanto, tanto, el pueblo chileno, que no lo va cumplir. Por otro lado, si no están contentos, los chilenos son bastantes inmanejables”.
Un periodista le pregunta en otro sitio: “¿Por qué la dictadura es un tema que sigue movilizando tu obra?” Marco Antonio de la Parra le responde con el típico retrato que tiene la Izquierda del general Pinochet: “Haber vivido el Golpe Militar y en dictadura son experiencias que te obligan a vivir en la sospecha, en la desconfianza, en la metáfora, bajo la vigilancia y el miedo. El miedo a la figura de Pinochet, incluso ya instalada la democracia. El miedo a ese padre de la Patria tan terrible”. Los únicos que tenían miedo eran las personas de la Izquierda y los grupos terroristas, los demás hacía su vida normal. Omite, por cierto, el miedo que tenía las personas que se opusieron a la Unidad Popular de caer bajo una dictadura comunista. Naturalmente, los comités de vigilancia de las JAP no le importaban y otras medidas de corte totalitario como ponerles obstáculos a las personas para salir del país, y otras señaladas en el Acuerdo de la Cámara de Diputados, ya que es el sueño de todo comunista convertir el país en una cárcel.
La mayoría de las obras de este señor se centran en el Gobierno Militar. Por eso, el año pasado el director de la Escuela de Teatro de la Universidad Finis Terrae, presentó la obra “UP”, basada en su experiencia familiar en que les dice a las personas de Izquierda, que la Unidad Popular, después de cuarenta años fue un fracaso y una derrota. Quizás se demoré en descubrir otros cuarenta años, que las ideas que inspiraron el gobierno marxista leninista de Allende había fracasado cuarenta años antes. El objetivo es molestar a la Izquierda. El diario La Nación de Chile, de ese modo describe la obra : “Menos de 24 horas han pasado del derrocamiento del Gobierno constitucional del Presidente Allende, a manos del Ejército, la Marina, la Aviación y Carabineros, instituciones que actuaron como brazo armado de los partidos de derecha de nuestro país, en un golpe financiado por Estados Unidos. Es cierto que el montaje no buscará respuestas políticas ni configurar una tesis sobre las causas del golpe. Como en otras de sus obras más intimistas, el dramaturgo sugiere una incursión en la vida privada, esta vez, orientando a sus protagonistas para que se muevan en esa delicada línea que conecta-separa lo personal con lo político. Pero las reacciones de la pareja no sólo se deben al terror que se está desencadenando en el país. Un factor fundamental será el hijo de ambos que no se encuentra en casa, ya que se ha sumado a quienes intentan la defensa de la democracia, abatida por la fuerza militar. Mientras esperan, se dedican a eliminar mediante el fuego todo lo que los conecte con la UP y el gobierno del Presidente Allende. De esta manera, la pira que consume libros, discos y otros materiales condenatorios ilumina en cierta medida el ambiente de semipenumbra en que se desarrolla la obra”.
El autor declara a propósito de su obra: "No se trata, de una obra política en términos estrictos, sino de cómo se fue metiendo la política en la vida cotidiana de los chilenos, cómo lo fue transformando todo, y cuánto lo intoxicó". No culpa a la Izquierda por politizar la vida cotidiana de las personas, pues cualquier acto que se desviará de la Revolución era considerado imperialista, facho, especulador y que otros epítetos. Como cuenta la periodista de derecha, Nena Ossa antes de la llegada de la UP se respetaba las diferencias dentro de un marco civilizado. Con la UP se quebró la convivencia y comenzó el sectarismo en todos los ámbitos, después de todo, los artistas apoyaron la célebre frase de Allende, que él no era Presidente de todos los chilenos.
Al mencionado escritor no le basto haber vivido la Unidad Popular, sino que en la elección presidencial pasada, nos quiso traer de vuelta el nefasto gobierno de Allende, pues él junto con otros actores, escritores, entre los que estaban Pablo Simonetti, María Elena Wood, el actor preferido por el director de la película NO, Alfredo Castro, Delfina Guznán, el guionista de la película Machuca y director del Museo de la Memoria, Ricardo Brodsky, Luz Croxato, Ignacio Aliaga, la pintora Magdalena Atria, el director Gonzalo Justiniano, la escritora Pía Barros formaron con la Comisión de Cultura de la Nueva Mayoría, que sacó apenas el 26% de todos los votos. La propia ex candidata nos da una idea de lo que ellos entienden por cultura : “Así como hemos dicho que queremos que la educación cambie desde la perspectiva de un bien de consumo a un derecho social, lo mismo entendemos de la cultura para que sea un derecho social y el Estado -y así lo creemos- debe tener un activo rol que asegure a todos los chilenos el acceso a la cultura”, Entendieron. La cultura es un derecho social y no un bien de consumo, aunque necesite de la división del trabajo que da origen a la civilización para existir.
Ya sabemos en qué se irá los millones de pesos que el Estado recaudará con la Reforma Tributaria.
Los artistas de Izquierda que apoyan a la dictadura del 26% se ufanaran, por ejemplo, que harán un concierto gratis a los espectadores, mientras ellos reciben el sueldo que le da el Estado.
Según el actor Nissim Sharim, en un programa dijo que la Alegría todavía no llega. ¿Alguien me puede decir que significa esa expresión por boca de un Izquierdista? Quizás les moleste los nuevos ricos, la ropa barata que venden en el Líder o el Jumbo, la facilidad para viajar al extranjero, los miles de productos que venden en los hiper mercados mencionados, los malls y el acceso fácil para tener un automóvil . Tal vez, ese actor añora la economía cerrada que teníamos y la miseria que había en el país, la JAP de Allende y las colas, la desnutrición infantil y que comenzó a cambiar con las reformas económicas del Gobierno Militar.
Los artistas como el mencionado dramaturgo de la Parra y otros se van por las ramas al explicar la caída de Allende.
Para el psiquiatra no merece psicoanalizar a Allende o los miristas. Si hablan de tortura, se refiere a las supuestas cometidas bajo los militares, y no las que hacían la Unidad Popular a los opositores. Si hablan del terror, se refiere nuevamente al gobierno militar, y no al miedo que sentían tres cuartes de los chilenos de caer bajo una dictadura comunista.
Los artistas de Izquierda desprecian la libertad. Por ello, votaron por más Estado e impuestos.
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