Soy el Brigadier de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko, actualmente privado
de libertad en el Centro de Cumplimiento Penitenciario "PUNTA PEUCO",
condenado por presuntos ilícitos que yo habría cometido entre mediados del año
1974 y fines del año 1976 época en la cual cumplía mi destinación en la
Dirección de Inteligencia Nacional —por resolución Institucional— poseyendo el
grado jerárquico de Teniente de Ejército.
Fijese que precisamente en el día de hoy se cumplen 10 años de mi prisión
efectiva en un Penal, sin considerar los tiempos de privación de libertad en
situación procesal y los abonos por excelente conducta, lo que en total se
traduce en aproximadamente 16 años de tiempo cumplido encarcelado.
La motivación que me ha impulsado a dirigirme a Ud. se fundamenta en el hecho
que me he impuesto por diversos medios de Comunicación Social de su reciente
viaje a Venezuela y las vicisitudes, desaires y faltas de respeto de las cuales
fue objeto en ese país al decidir visitar a personas que en la citada nación se
encuentran privadas ilegalmente de libertad y a las cuales se les ha negado
todo tipo de derechos humanos que legítima y legalmente les correspondería
aplicar. Sin perjuicio de los supuestos ilícitos de tipo político que les han
imputado.
Permítame manifestarle que alabo y comparto plenamente vuestra tan ejemplar
sensibilidad y preocupación por el respeto de la justicia, de las leyes vigentes
y del estado de derecho, cuyo incumplimiento afecta tan gravemente los derechos
de los ciudadanos venezolanos que han concitado vuestra tan loable y noticiosa
preocupación.
Sin embargo, Sr. Piñera, todas sus citadas sensibilidades manifestadas en este tema
y en el extranjero, se contraponen abiertamente con lo que ocurre hoy en su
propia patria, pues mi caso, así como el de miles de uniformados que se
encuentran en situación similar a la mía, adolece de las más escandalosas
irregularidades judiciales como efecto del sistemático irrespeto por las leyes
vigentes y de los preceptos constitucionales en transgresión al estado de
derecho.
Esto, que se ha traducido en incontables procesos y numerosas condenas para los
afectados, hace rato que superó el ámbito judicial transformándose abiertamente
en una situación de tipo político, basada en la búsqueda de una incalificable
venganza avalada por distintos segmentos, organizaciones y personajes cuya
ideología hoy cuenta con envidiables cuotas transitorias de poder, obviando sus
graves responsabilidades que devinieron en la intervención militar del 11 de
Septiembre de 1973.
Usted, en conocimiento de todo ello, no ha manifestado ninguna sensibilidad ni
preocupación por esta iniquidad ni intención alguna por resolverla pese a su
público compromiso que espontánea y fervientemente manifestó ante más de mil
personas en el Circulo Español, en su período pre-eleccionario para presentarse
como Presidente de la República, oportunidad en que se expresó con un discurso
que contenía casi las mismas palabras, emociones y vehemencias que manifestó en
Caracas. Llamativa consecuencia valórica, pero sin ningún viso de realidad ni
menos concreciones efectivas.
Incumplimiento de las normativas legales totalmente vigentes al día de hoy en
Chile y válidas para todos sus ciudadanos, menos para los uniformados de la
Fuerzas Armadas y de Orden, ha sido la tónica arbitraria que se ha aplicado en
los diferentes procesos y resoluciones condenatorias en contra de los
menclonados, desde que se inició esta efectiva persecución que está alejada de
toda justicia y moral.
Prescripción, Debido Proceso, Presunción de Inocencia, Principio universal de
Pro-Reo y muchos otros etc. —que asumo Ud. no desconoce— han sido grotescamente
avasallados dejando a los afectados en la más absoluta indefensión. Sume Ud. a
lo anterior, el nulo otorgamiento de beneficios intrapenitenciarios por parte
de Gendarmería, institución severamente coartada e impedida para el ejercicio
de sus legales atribuciones por determinadas presiones y/o instrucciones
provenientes de diferentes poderes del estado, siendo obligada a proceder más
allá de su seria, correcta y trascendental gestión profesional.
¿Qué le parece toda esta incalificable anormalidad, señor ex-Presidente? Con
ello queda en palmaria evidencia que el tema rebalsó con creces el ámbito
judicial, posándose abiertamente en lo político contingente.
Sr. Piñera: con todo lo detallado precedentemente, la intención de la presente
es la de invitarlo formalmente para que me visite en mi lugar de reclusión tal
como intentó en Venezuela. Por mi mismo se enterará que soy comprobadamente
inocente de los absurdos, ridículos e inexistentes cargos que me han formulado
y que por motivo alguno no soy ni aceptaré jamás que se me mencione como
"violador de derechos humanos", "peligro para la sociedad"
y con otros epítetos de similar irresponsabilidad y falsedad, que incluso Ud.
en más de una oportunidad se ha permitido manifestar públicamente, sin
molestarse en consultar con el afectado si todo lo que le contaban era cierto o
no.
No tenga ningún cuidado: nadie lo ofenderá, nadie lo insultará y presumo que
nadie tampoco le negará su derecho de visitar a un inocente en la cárcel. Acá
se enterará de la real verdad y de la maquiavélica ilegalidad de la que he sido
objeto, junto con mis leales subalternos de la época, aspecto que también
afecta a una apreciable cantidad de personas que enfrentan situaciones
similares a la mía. Tengo la certeza que mi invitación será acogida muy pronta
y favorablemente.
Por ello le adjunto los siguientes documentos de reciente elaboración:
declaración preliminar mía al Sr. Ministro Carrozas, carta a mi abogado
defensor y carta remitida al actual Ministro de Justicia. Asimismo, me permito
sugerir que lea el Libro "Miguel Krassnoff, prisionero por servir a
Chile". Se sorprenderá por su calidad, veracidad y fuerza con la que se
exponen los temas en comento.
Le saluda atentamente
Miguel Krassnoff Marthenko
Brigadier
PD: Esta carta abierta fue publicada parcialmente en el diario digital de Izquierda 'El Mostrador'. Los medios supuestamente de derecha 'El Mercurio', 'La Segunda' y 'La Tercera' no la publicaron. El oficial del Ejército está preso porque se enfrentó con el líder del grupo terrorista Mir (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), Miguel Enríquez, padre del ex candidato presidencial Marco Enríquez-Ominani, el cual se siente orgullos de los crímenes de su padre y de ese grupo.
1 comentario:
carancho
dijo...
¿Quién dijo: al enemigo ni justicia? Ah, fue de este lado de la cordillera...
1 comentario:
¿Quién dijo: al enemigo ni justicia?
Ah, fue de este lado de la cordillera...
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