16 de julio de 2016

Le creen aún a los cómplices activos y pasivos de la Democracia Cristiana







   Alex Kaiser , director ejecutivo de la Fundación para el Progreso planteó una especia de alianza entre varios partidos contra la retroexcavadora en su artículo El consenso socialdemócrata: “Sin duda, UDI, RN, Ciudadanos, Amplitud y Evópoli y al menos parte de la DC, no quieren la retroexcavadora socialista de Quintana, Andrade, Bachelet y compañía. No ven con buenos ojos un Estado filo socialista que controle totalmente en la educación, que prometa beneficios que no puede cumplir, que se expanda vorazmente aniquilando la libertad individual bajo el pretexto de lograr igualdad o que reemplace a la sociedad civil en aquello que esta pueda hacer relativamente bien”. Según él, ellos son los moderados.

   La DC siempre ha sido socialista bordeando el comunismo. O bien, abiertamente comunista. Desde luego, que ellos jamás reconocerán eso. Dirán: “No somos ni derecha ni izquierda”.

   Lo que plantea el escritor jamás se dará, porque el grupo Ciudadanos liderados por el ex ministro de Hacienda del primer gobierno de Bachalet, Andrés Velasco está anti derecha como lo era Eduardo Frei Montalva. Velasco prefirió votar en la última elección por su ex jefa a por Evelyn Matthei. La única posibilidad que ocurra tal alianza, es que lleguemos a una circunstancia parecida a la Unidad Popular. Donde la única salida, sea apunta de pistolas.

   No sé en cuáles demócratas cristianos moderados está pensando Kaiser. ¿Enrique Krausse, Mariana Aylwin, en el abogado Jorge Correa Sutil, Andrés Zaldívar, Ignacio Walker, Eduardo Frei Tagle, Jorge Burgos, Gutemberg Martínez, Soledad Alvear, Alejandro Foxley? En algunos sitios y blogs reproducen algunas columnas u opiniones de políticos de ese partido que se han opuesto aparentemente a la retroexcavadora de la Nueva Mayoría. A decir verdad, su opinión no me interesa, ya que carece de sentido leer sus reparos ante tal o cual reforma del oficialismo, si por una parte, votaron por Bachelet a sabiendas que querían poner el país patas para arriba, y por otra parte, siguen en la Nueva Mayoría. Me dirán que en toda alianza hay matices. Un ejemplo de ellos, fue la declaración de la ex ministra de Educación e hija del ex presidente Aylwin, Mariana, quien dijo en enero de este año: "Hay un estilo totalitario y sectario en el Gobierno cada vez que uno hace una crítica”. Para la mandataria su modelo es la ex RDA.

  Los moderados nos quieren hacer creen que en la Nueva Constitución se respetara la propiedad privada, cosa que la actual la resguarda, con el leve matiz de que estará en función del bien común o tendrá una función social. Esa es la letra chica.  Es un detalle sin importancia.

  Según los moderados, la Reforma Tributaria expropiatoria no iba afectar la economía y el crecimiento.

   ¿A los moderados los han visto o escuchado alegando de la parcialidad con que actúa el Servicio de Impuestos Internos y la Fiscalía, pues solamente persiguen a los políticos de la UDI o cercanos a ella? Pero están los hijos del senador Pizarro en la mira de la Justicia o los fiscales.

¿Los moderados de la Democracia Cristiana apoyaron la iniciativa del ex presidente de la República, Patricio Aylwin de re interpretar la Ley de Amnistía para los militares, mientras les concedía el beneficio de ese ley a los terroristas. Además de los indultos a éstos últimos bajo los gobiernos de la ex Concertación? No esperen de los moderados, que los militares presos ancianos en el gulag de Punta Peuco salgan libres por la igualdad ante ley. Los moderados apoyan la prevaricación de los jueces, entre otras cosas. Quizás me digan de la reciente iniciativa de algunos parlamentarios y hombres de Iglesia, que a los reos salgan libres en el caso de que tenga una enfermedad terminal. Tal vez, esperan un elogio por su humanitarismo. Un propuesta mediocre e indecente, pues lo decente es, simplemente, que tenga el mismo trato que aquellos que mataron, secuestraron y ponían bombas, ya sea primero por Revolución Comunista de Allende, ya sea por oponerse al Gobierno Militar. Pero eso es otro post.

   Luego señala que la Democracia Cristiana chilena ha jugado históricamente el papel de tonto inútil de la Izquierda más radical. Para Kaiser, los partidos mencionados “no existen diferencias irreconciliables”, a excepción de la DC más socialistas.

   Otro que creen los políticos de la DC es, pues, Rafael Ariztía , socio de MFO Advisors escribe en su columna Y después de la retroexcavadora de Michelle, ¿qué?: “Quienes tenían alguna esperanza de que con los ministros Burgos y Valdés, la moderación y la sensatez podría ganar la partida, ha terminado por desencantarse. Burgos ya tiró la toalla y Valdés entregó la oreja. Con ello quedo claro el mensaje: los dos años que le quedan a este gobierno no serán fáciles”.

   Finalmente, están las palabras del político de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el senador Juan Antonio Coloma, en una entrevista publicada en El Mercurio de Santiago del 2.07.2016 afirma en primera plana, en a sección Nacional: “Al salir Jorge Burgos se acabó cualquiera contención para la izquierda en nuestro país”. Aún no entiende que la Democracia Cristiana ha apoyado cada iniciativa de la Izquierda Revolucionaria, desde 1990. Los políticos de la ex derecha no entienden nada Historia.

   Las personas que tienen claro cómo es la Democracia Cristiana chilena, es el grupo conservador católico del sitio AcciónFamilia . Muestran como se desenvuelve ese partido, que tanto mal le ha hecho al país, además de la Izquierda Revolucionaria. He aquí las características. En primer lugar, el centrismo quiere hacer creer que neutralidad con indecisión. La neutralidad abstracta redunda en beneficio de la Izquierda. En segundo lugar, cuando un tema llega a nivel de discordia, el demócrata cristiana buscara o imponer la paz a cualquier costo, donde los anticomunistas ceden ante los comunistas. Como corolario, “ la indecisión democratacristiana termina siempre por una ayuda a la izquierda, inclusive a la izquierda más radical”. Peor aún, el DC se escandalizara de la radicalización. En tercer lugar, el autor señala que “El democratacristiano es, la mayoría de las veces, un ente atormentado por una escisión interior. Palpitan en él simpatías profundas, aunque inconfesadas, por el comunismo”. Como dije más arriba y lo he dicho en este blog, ese partido bordea el comunismo. O bien, ni neoliberalismo ni socialismo: comunismo. Recuerden que no había diferencias entre el programa del candidato presidencial del DC, Rodomiro Tomic con el programa de gobierno del marxista, Salvador Allende. Los próceres y luminarias de ese partido se sentían orgullosos. Agrega el columnista, que por las relaciones, los hábitos, sus intereses y sus convicciones superficiales no lo atan al comunismo. Si son tan burgueses que les gusta los productos y servicios del capitalismo. Basta ver no más al senador Ignacio Walker, quien estudió en el Saint George. Me pueden decir, ¿Cómo alguien del barrio alto de Santiago siente la necesidad de establecer alianzas con el Partido Comunista?

   Sus hábitos y relaciones le impiden declararse pro comunista. Luego si le sacaran sus tendencias o simpatía pro comunista, tendrían que renunciar a sus utopías o devaneos, como dice el autor. Por eso, la Democracia Cristiana chilena es de Izquierda, entre otras razones. Ahora bien, para salir de ese embrollo que tiene en su psique, el DC quiere convencer que él es neutral, escondiendo su profunda simpatía hacia la Izquierda.

   Si comparamos ese análisis de AcciónFamilia sobre la Democracia Cristiana con algunos académicos de la ex derecha, veremos que estos últimos no tienen la valentía de admitir que la DC es comunista. No es una garantía que unos académicos que trabajen en un think tank o en la universidad sean serios, cuando elogien a un partido que se lleva bien con los malos, y además, es colaboracionista. Pondré dos ejemplos.

   El primero es del filósofo y profesor de la Universidad de los Andes, Joaquín García Huidobro, quien hace poco publicaron el libro Nos fuimos quedando en silencio junto con otros académicos, quienes de se denominan conservador heterodoxos. Naturalmente, me refiero a su opinión sobre la Democracia Cristiana. En efecto, el profesor el 2011 escribió la columna DC: un artículo de primera necesidad. Se pregunta si sería bueno que desapareciese. Él responde negativamente. Según García Huidobro ese partido aprendió, ya que dejo de lado el mesianismo de la década del setenta. Luego escribe: “Importante también, decisiva, fue su participación tanto en la oposición a la Unidad Popular como en la transición a democracia. En ambos casos, sus líderes ejercieron la fortaleza y la prudencia, virtudes que sus críticos insisten negarle”. Omite que la DC dio su voto para que saliera Allende a sabiendas de lo que iba ocurrir y la famosa prudencia fue nada más que cobardía ante los grupos terroristas que extorsionaron al Gobierno a cambio del Informe Rettig y de perseguir a los militares. Esa fue la moneda de cambio de la impecable transición.

 Asimismo, para el filósofo “Ella nunca podrá ser un partido instrumental. Para ellas las ideas no son un lujo, sino una condición necesaria para seguir viviendo”. Falso. La Democracia Cristiana se va donde calienta el sol. Eso ser instrumental. El zalamero dice: “Democracia Cristiana, sé tú misma, sé fuerte, muchos chilenos te extrañamos. Eres un artículo de primera necesidad”.

   Ahora bien, cuando se aprobó la nefasta Reforma Educacional, el académico escribió : “Yo admiro a quienes perjudican sus intereses por permanecer fieles a sus convicciones; y puedo llegar a entender a quienes, en un momento debilidad, sacrifican sus ideales para salvaguardar sus conveniencias. Pero en estos día la DC ha ido simultáneamente en contra de sus convicciones y de sus interesas, lo que resulta de todo incomprensible”. Hubiese sido mejor que no apoyaran a Bachelet y que dejaran de molestar a los colegios particulares subvencionados con la tontera de lucro, mientras la nomenclatura de ese partido, educa a sus hijos y nietos en colegios particulares pagados. Agrega más adelante: “Chile sufre una marea estatista”. La DC es estatista. Antes que Kaiser formulara el consenso socialdemócrata, el filósofo decía algo parecido: “la Izquierda moderada, la DC y la centroderecha no deben temer a la fumigadora de la Nueva Mayoría”. La Democracia Cristiana no se ha salido de esa coalición.

   Desde el lado liberal ya conocemos la opinión aduladora a ese partido en las palabras de Luis Larraín, actual director del Instituto Libertad y Desarrollo : “Hace 50 años atrás, en 1964, la Democracia Cristiana vivió uno de sus momentos más gloriosos. Cientos de miles de jóvenes que habían venido de todas partes de Chile se congregaban en el Parque Cousiño a escuchar a su líder, Eduardo Frei Montalva Era la marcha de la Patria Joven, acto señero de la campaña que llevó por primera vez a un militante de ese partido a la Presidencia de la República, para realizar en Chile su Revolución en Libertad”. Después elogia el primer gobierno de la Concertación.

   Como ven ninguno de los académicos, ya sea liberales o conservadores no llegan al psiquismo de la Democracia Cristiana y admitir conclusión del autor de AccionFamilia: “El democratacristiano es un indeciso de fachada, un izquierdista de corazón, jamás un auténtico neutral”.

1 comentario:

Rolando el furioso dijo...

La DC cumple en la NM el papel de arroz graneado, acompaña nada más el plato fuerte es el eje PC-PS(duro)-PPD del que se cuelgan radicales y otros grupúsculos de izquierda (principalmente descolgados de partidos más grandes). La DC siempre tuvo muy claro que su papel en esta elección era mantener encandilado al votante moderado, haciéndole creer que Bachelet 2.0 era una versión "ligeramente" más roja que la anterior y que la DC sabría contener los afanes revolucionarios (les queda muy bien el papel de Kerensky) en este gobierno. Y, desgraciadamente, la oposición también lo creyó.