26 de agosto de 2017

La política de apaciguar no sirve de nada








Desde que el comunismo hizo su aparición en el siglo XX, la política interna chilena por parte de los partidos que no son de Izquierda, ha sido, pues apaciguamiento, salvo en el período que estuvo el gobierno cívico-militar entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990. Los políticos e intelectuales no han aprendido nada de Historia, más han sido cómplices al avalar el relato de la Izquierda. Véase no más al escritor Arturo Fontaine Talavera miembro del director del Museo de la Memoria. Se convierte en cómplice pasivo del lavado de cerebro.

  Los gobiernos que tuvo el Partido Radical fueron para apaciguar. De hecho, uno de esos gobiernos llegó con los comunistas al poder. Es bien sabido por lo que se ha visto en el segundo gobierno de Bachelet, que los comunistas no se conforman con estar en el aparato del Estado, también tienen que estar revolviendo el gallinero, lo que significa crear descontento u  indignación sobre cualquier cosa pública,  ya sea en el movimiento contra las represas en Aysén, ya sea en el movimiento “NO + AFP” u otro que le sirva a sus intereses. Para eso está lo que se denomina “La calle”, que son las personas que se agrupan espontáneamente por un interés común, por ejemplo, que haya ciclo vías.  Lo mismo ocurrió en el gobierno del radical Gonzales Videla. Lo comunista chilenos apoyados por el dictador yugoeslavo se rebelaron tanto contra el gobierno, que el presidente de la República, los dejó fuera con Ley en Defensa de la Democracia. Y los mando a Pisagua. Eso mismo debió haber el hecho el demócrata cristiano, Patricio Aylwin, quien se dejaron extorsionar por los grupos armados de la Izquierda. Lo mismo debió haber hecho, el DC, Sebastián Piñera en su gobierno.

   Entretanto, apareció en el mundo político de hace más de cincuenta años, la Democracia Cristiana. Este último partido también es de Izquierda burguesa.  Ellos dirán que no son, más lo son. Nació para apaciguar a la Izquierda marxista. Eso tampoco sirvió nada. Recapitulemos un poco. En vista de que los partidos de la antigua Derecha, Conservador y Liberal no tuvieron candidato presidencial apoyaron al DC, Eduardo Frei Montalva para impedir que saliese el socialista Salvador Allende. En ese período, Chile era el segundo país más estatista en América Latina, después de Cuba. Ambos movimientos luego formaron parte de la Unidad Popular. Durante el gobierno demócrata cristiano, ese partido se escindió en la Izquierda Cristiana y el Mapu.

 No hay que olvidar que la campaña presidencial de Frei Montalva fue financiada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos con el propósito de detener el comunismo en Sudamérica.

  Entretanto, los partidos Conservador y Liberal se fusionaron en el Partido Nacional, que para apaciguar a la Izquierda marxista, se volvieron socialistas no marxistas. Lo dice el periodista norteamericano James R. Whelan en su libro Desde las Cenizas.

   En la elección presidencial de 1970, la DC en el parlamento le dio los votos a Allende. No existía la segunda vuelta. Peor aún, existía coincidencia programática entre Radomiro Tomic representante de la DC y Allende. La receta de la Democracia Cristiana al estatismo y totalitarismo de la Izquierda marxista era, pues, estatismo sin totalitarismo. Así pues, el partido de Frei Montalva pagó “La Alianza por el Progreso” con los Estados Unidos, entregando el país al comunismo.

 En el presente, el partido Demócrata Cristiano, el partido apaciguador de la Izquierda marxista y terrorista, ha apoyado cada una de las reformas del Programa de Michelle Bachelet en su segundo mandato con sus indicaciones respectivas, sin las cuales no tendríamos respiro o libertades. Hay que estar agradecidos. Al socialismo se le responde con socialismo, esto es, aumentado la burocracia, los impuestos y la deuda pública.

  Desde que los militares devolvieron el poder, la política de la ex derecha ha sido en hacer concesiones a la Concertación en distintos ámbitos, hasta que finalmente, en el gobierno anterior “abrazaron las banderas del adversario” e “hicieron lo que no hizo la Concertación en veinte años”.  Una de las concesiones más vergonzosas de la historia de Chile, fue haber entregado a los militares que combatieron el terrorismo asignados a la DINA y la CNI, y otros que estuvieron ahí a la justicia de Izquierda, mientras por otro lado apoyaban la amnistía al Mir  y apoyaban los indultos de la Concertación a los terroristas del FPMR y Frente Lautaro.   La Derecha abandono a los militares a su suerte, de modo que cada uno  a pagar por un abogado, mientras la Izquierda jamás abandona a los suyos. Por eso, los indultos sucesivos y salidas dominicales a los terroristas, hasta Ricardo Lagos indulto a los últimos criminales del Frente Lautaro. El mediador entre los terroristas presos y y Lagos fue monseñor Baeza, quien no quería a los militares en libertad. ¿Alguien pensó tal vez que encerrando a llamada “cópula de la DINA”, la Izquierda se iba a terminar la odiosidad y la persecución  a los militares? Se equivocó. La Izquierda igual que los vampiros querrá más sangre. ¿Alguien pensó que habiendo fallecido el general Manuel Contreras, oficial asignado como jefe de la  DINA, el país estaría en paz? Se equivocó. El mantener a los militares presos en Punta Peuco y antes en el penal Cordillera ha servido para continuar el odio. Ahí tenemos los juicios públicos cuando por los noticieros o la prensa nos informa por una nueva condena que recibió tal o cual oficial por hechos que están amnistiados.  O bien, la justicia prevaricadora que aplica la prescripción para los delitos que cometió los grupos terroristas del FPMR, después de 1978, más no así a los militares asignados a la CNI.

 Otra manera de apaciguar a la Izquierda (ex Concertación) fue que para que legitimaran la economía de mercado, el capitalismo o el modelo económico que nos legaron los militares, a la ex Concertación y al partido de derecha, Renovación Nacional liderados por la nefasta “Patrulla Juvenil” no se les ocurrió nada mejor que subir los impuestos por las demandas sociales más ficticias que reales. Según la ex coalición de centro Izquierda, el modelo no sería capaz de sacar a siete millones de la pobreza. Obviamente, entre las demandas estuvo subirle el sueldo al presidente de la República y ministros.

 De más está decir que cada una de las reformas a la Constitución de 1980 fue para apaciguar. La ex derecha decía amén a cada propuesta.

 Los grandes empresarios también fueron apaciguadores durante los gobiernos de la Concertación. A los ministros que ocupaban la cartera de energía, por ejemplo, los invitaban a formar parte de los directorios de las empresas. Igualmente, los diarios La Tercera y El Mercurio le han dado a tribuna intelectuales de Izquierda quienes no creen en la sociedad libre y se visten de apariencia de moderados como el ex rector de la Universidad de Valparaíso y asesor cultural del ex presidente socialista, Ricardo Lagos, Agustín Squella, quien se las de moderado. Sin embargo, Squella no está feliz, porque nos hayamos librado de una dictadura comunista o de una Guerra Civil. Él  dice solo que en tiempos de la UP no militaba. Nada más. Si El Mercurio promociona los libros  del sacerdote jesuita, Felipe Berríos, que es un comunista encubierto.

 Si es que no me equivoco, diario La Tercera puso al no periodista, Fernando Paulsen partidario del grupo terrorista Frente Patriótico Manuel Rodríguez y de la actual dictadura del hambre del régimen marxista venezolano de Nicolás Maduro como jefe a mediados de los noventa.

 La concesión que hubo en el gobierno de Sebastián Piñera fue cuando cerro el penal Cordillera y mando a los militares presos a un cárcel peor y lejos de un hospital. Sólo para satisfacer a la Izquierda. Los personas que están ahí son ancianas o de Tercera Edad. Varios han muerto yendo al hospital.

 Haber votado por Piñera fue una manera de apaciguar, aun cuando la mayoría de los electores esperaban que se iban sacar los trapos sucios de la ex Concertación, cuando termino sacándose fotos con los ex presidentes. Por eso y otras razones fue denominado  “El Quinto Gobierno de la Concertación”. Mejor lo dijo el escritor y columnista peruano, Álvaro Vargas Llosa, que fue un gobierno de centro Izquierda.

 En otro blog, un forista dijo que hay que votar por Piñera para evitar que la Izquierda nos lleve al comunismo. Eso es apaciguar. Si ganan los que quieren terminar la obra de Allende, que admiran a Chávez, Maduro, a los hermanos Castro y que no quieren finalizar las relaciones diplomáticas con Corea del Norte, entonces, simplemente al mal que hay  hacerle frente. Puesto que  la Izquierda chilena que es retrógrada y totalitaria, habría que seguir la receta que hicieron los norteamericanos con los japoneses y alemanes cuando acabo la guerra. Sacarle de raíz la perversa ideología, prohibir el Partido Comunista como asimismo demoler las estatuas de Salvador Allende, entre otras cosas. Poner las cosas en su lugar. Hay una estatua que delante de la Moneda. Cuando corrí la maratón de Santiago, me di cuenta que había otra estatua del admirador Hồ Chí Minh y de quien le dedico un homenaje al dictador José Stalin, nada menos que el agente de la K.G.B conocido como “Líder” junto con los otros ex presidentes. Y otra que se encuentra no sé en qué lugar de la capital.

   Si nos quieren llevar al comunismo y revivir la UP, bombardeamos La Moneda con un enjambre de drones.


¡Basta de apaciguar el progresismo!

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