Ahora, soñando con construir su Eje de los Jaimicos, aquel que no pudo construir con fusiles hace treinta años pero que ahora entrevé gracias a los dólares del petróleo de su delfín bolivariano, Fidel viene a la jura de Tabaré Vázquez.
Pero los orientales son diferentes. Mientras acá le cedieron las escalinatas de la Facultad de derecho para sus soporíferos y remanidos discursos, allá, del otro lado del río Uruguay ya están preparando recibirlo con actos de repudio.
Uruguay, la vieja Banda Oriental no deja de sorprenderme.
1 comentario:
Creo que debería haber un mínimo de seriedad y coherencia independientemente de la ideología política. Creo que Uruguay tiene la virtud, al igual que Brasil, de no suicidarse, no dejar que la sangre llegue al río, evitando los extremos.
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