Preparando el próximo desfalco

Macrodelincuencia. Así define Carlos Escudé lo que sucede en la Argentina, donde la razón de ser de la clase política es emplear al Estado para enriquecerse de manera espuria.
Escudé describe de qué manera, a través de diversas políticas se transfieren fondos de un sector de la sociedad a otro, en lo que llama "ciclos de vaciamiento".
En un país donde no hay proyecto de futuro, es obvio que una de las presas mas codiciadas son los fondos de pensiones, ya que a nadie parece importarle lo que pase mañana a la mañana. Así, en épocas en que el Estado manejaba las jubilaciones los dineros de las cajas fueron saqueados para atender a gastos generales del fisco, y cuando se trató dejarlos a salvo de la voracidad pública, el Estado se las arregló para volver a formalizar el desfalco, ésta vez a través de la colocación compulsiva de bonos (gobierno De la Rua) rematada luego con el canje forzoso al que sometió el ahora "presidenciable " Lavagna a las AFJP.
Justamente entre las peleas que se daban en el gobierno K antes de la renuncia del Ministro de Economía, no era menor el tema del desfalco que viene. Lavagna, enfrentado hace tiempo con Julio de Vido, el López Rega de Kirchner, se venía oponiendo tenazmente a que el Minsiterio de Planificación Federal le pusiera las manos encima a los fondos de la AFJP (3.000 millones/año) que el Arquitecto quiere dedicar a obra pública, seguramente para solventar contratos con sus empresas amigas -como viene haciendo ahora- en obras inexistentes o en proyectos faraónicos como el gasoducto chavista.
De Vido hace rato que venía declarando su interés en usar el dinero de las AFJP, que ven como un bien mostrenco, y que se comporta así desde que a ningún trabajador asume que el dinero con el que se está jugando es el de su futura jubilación.
Con una nueva ministra de economía totlamente sometida a la voluntad de la banda que ejerce el poder en la Argentina, no sería raro que el Estado vuelva a robar sin ninguna verguenza, y se consolide otro ciclo de vaciamiento, de nuestra interminable macrodelincuencia.

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