Durante los años noventa, y hasta que se instituyó el proyecto fundacional de ésta Nueva-Nueva Argentina hoy en marcha, nos cansamos de escuchar que todos los males eran causados por "El Modelo".
Ante los aumentos de precios, los reclamos salariales, los conflictos docentes, la aduana paralela, los incendios forestales, la contaminación del Riachuelo, los precios de los peajes, todo se le atribuía a las maldades de ese enemigo elusivo, objetivo de los dardos discursivos de todos los que entonces jugaban con la camiseta de la oposición anticapitalista-antiglobalizadora-antineoliberal, desde la Carrió a Duhalde, pasando por Chacho Álvarez, Alfonsín y De la Rúa, con escala intermedia en Ibarra y Bordón, sin olvidar a Pino Solanas, antimodelista de la primera hora.
El discurso hacía siempre hicapié en el mismo asunto, que justamente éste "modelo" apuntaba a la concentración de la economía y al crecimiento de la desigualdad entre los más ricos y los mas pobres.
Después vino el 2001, el interinato duhaldista y luego se instaló el Néstor, que pregona ser la antítesis de los noventa, con su publicitado país de la producción y del empleo.
Lástima que los números lo desmienten: mientras en 1994 el segmento que más ganaba en la Argentina tenía ingresos 18 veces superiores a los que menos ganaban, en 2005, la brecha prácticamente se duplicó y el segmento con más ingresos multiplica por 31 al menos favorecido.
La nota de La Nación sobre el tema plantea algunas cuestiones para destacar:
- En 2001, con un salario real medio se podía aspirar a cuatro canastas básicas alimentarias; hoy, a pesar del crecimiento del salario, apenas se llega a alrededor de dos canastas
- El gasto público social medido en transferencias no monetarias es sensiblemente inferior al del período de crisis 1998-2001, e incluso al del promedio de los años noventa.
¿Dónde están los que hace cinco años zapateaban tanto? ¿O ahora esto es admisible, porque se hace "con dignidad"?
2 comentarios:
Ahora no se escuchan quejas porque los que pertenecen al lote que más gana están en el poder o le venden al Estado.
El modelo culpable es Sambusetti.
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