Y la culpa es de... ¡Finlandia!

El conflicto de las papeleras evidentemente excedió la escasa capacidad del Ejecutivo, que con su sapiencia de Comisión de Fomento supuso que con cuatro gritos y algún apriete solucionaba todo.

Compró un lío inflado por el gobernador Busti, lo desmanejó el ex canciller Bielsa (¡que jugador!) que desconoció lo que la propia cancillería había aceptado en la Comisión del Río Uruguay, e intentó darle proporciones de Gesta Nacional al patoterismo de las asambleas entrerrianas. Ningún resorte institucional -ni la justicia, ni las fuerzas de seguridad, nada- fueron puestas en juego para controlar un conflicto que escaló hasta afectar a terceros países, especialmente a Chile.

Los argumentos primarios de los entrerrianos fueron acompañados por el ejecutivo, e increíblemente, terminó por sumarse de la manera más combativa la Cancillería, ahora en manos de otro monto reconvertido.

Uruguay, mientras tanto se aferró a la legalidad, y al estricto cumplimiento de la palabra empeñada. El comportamiento del gobierno de Tabaré es en ese sentido, un reflejo fidedigno de qué significa ser un estado de derecho, de uno y otro lado del Río de la Plata.

Ayer el asunto de los cortes tomó un nuevo cariz, cuando unos pocos vecinos de Colón, hartos de los cortes de rutas, levantaron de prepo las barricadas y echaron a patadas a los "piqueteros ambientales". El hecho, evidentemente sorprendió al gobierno del Néstor, al que la realidad lo empieza a golpear lenta pero inexorablemente. Por eso ahora, salio a pedir calma, cuando los vecinos se arremangaron e hicieron lo que el estado debió haber hecho hace meses.

Entonces, desorientado, el Néstor tuvo que salir a buscar nuevos enemigos, nuevos responsables, para explicar el fracaso que tiene como unico sello su incapacidad de gestión. Miró para todos lados, y entonces le apuntó al primero que se le cruzó. Señores... el responsable del conflicto entre Argentina y Uruguay es.....¡el gobierno Finlandés!