Si hacía falta para ponerle una medida a la transparencia de la gestión del gobierno K, aparece Aña Cuá.
Se trata de un cierre complementario para la represa de Yaciretá, propuesta al Ente Binacional como "iniciativa privada" por Pescarmona, con el vehemente apoyo del Superministro De Vido, que aparece siempre pegado a todo proyecto que implique erogaciones de cientos o miles de millones de dólares del fisco.
Desde el vamos, los paraguayos -que ya están hartos de que Brasil y Argentina hagan negocios con las empresas binacionales- cuestionaron el proyecto por dos motivos: injustificado aumento de costos contra un mínimo incremento de la capacidad eléctrica, y sobre todo, falta de experiencia de la empresa en la ejecución de la obra compleja propuesta.
Desde la Argentina, y desde el Ministerio de Planificación, especialmente, no dieron el brazo a torcer e insistieron en que la obra se hacía si o sí. Un extraño interés, cuando ni siquiera se logró llevar el embalse de Yaciretá a su cota de diseño.
Casi totalmente silenciado en la Argentina, el asunto tomó característica de escándalo en Paraguay, hasta que directamente el gobierno decidió que sus delegados en el Ente Binacional se opusieran a la licitación, que ahora el Ministro de Obras Públicas considera directamente anulado.
El motivo nose lo calla, y lo dice con todas las letras: Falta de transparencia.
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