Ayer Rosagasario se vistio de fiesta para celebrar los 78 frescos añitos del Carnicero de la Cabaña. Por un lado la Municiapalidad inuguró la señalización que marca su casa natal (nada proletaria, por cierto). Por el otro, se hizo un acto donde no faltó ninguna bandera roja. No faltaron al happening los embajadores de Cuba ni de Venezuela.
Luego un grupo de "teatro de investigación" (¿?) le dedicó una obra de título nietzcheano "El Che: nace un hombre nuevo".
Supongo que en el festejito no se pasó ésta película, ni se mencionó a ninguno de los que fusiló sin juicio previo.
Espero ansioso el momento en que en la esquina de Entre Ríos y Urquiza aparezca un giftshop que venda remeras, llaveros y mugs con la imagen del Che. Va a ser la pequeña venganza del capitalismo sobre la sombra del Chancho.
1 comentario:
Tengo entendido que acá en Buenos Aires un "artista" está juntando fondos para hacerle un monumento al asesino. Una vez que los consiga, supongo que no tendrá problema en ubicar su homenaje al terror y el totalitarismo en algún paseo público.
Los idiotas útiles van y ponen su platita, felices de colaborar para el homenaje de tan funesto personaje. Ellos todavía creen el verso de que fue un "joven idealista".
La realidad es que fue un asesino despiadado, que ordenaba el fusilamiento de inocentes sin juicio previo, y que estaba orgulloso de su inhumana condición de "carnicero".
Sin embargo a todos los imbéciles de la progresía descerebrada que domina a nuestra sociedad, la realidad no les entra en la cabeza.
Tienen una negación.
Que Guevara fue un asesino es un hecho objetivo, no es un juicio de valor discutible (en todo caso será discutible si es bueno o no ser un asesino).
Creo que tenía razón ese funcionario norteamericano que alguna vez dijo que el problema argentino no era económico, sino psicológico: nos gusta negar la realidad.
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