Dos por tres aparece en el discurso antinorteamericano el tema de la pena de muerte, como parte del discurso progre que a la vez se arroba elogiando las virtudes del "capitalismo de estado" que instrumenta China. El ex canciller Bielsa (qué jugador!!) era un modelo al respecto: mientras se hacía pis elogiando las maravillas arquitectónicas de Shanghai, y le regalaba a China el reconocimiento de "economía de mercado", se callaba la boca sobre los abusos represivos del régimen.
Como muestra de que miran hacia el futuro, parece que los chinos abandonaron la costumbre de ejecutar a sus reos con un tiro en la nuca y adoptaron la inyección letal . Y como producto de esa extraña mezcla de modernidad, productividad fordista y represión, los chinitos han adoptado un sistema de delivery: un furgoncito muy fashion que va de pueblo en pueblo exterminando gente.
Así que vaya como advertencia. Si frente a su casa se detiene un camioncito como este, más vale esperar al repartidor con el cambio justo.
(Me entere del asunto vía Babalú)
2 comentarios:
Muy interesante el contraste con lo que se discute en EEUU.
Dicen las malas lenguas que Fidel ya se compró un par de camioncitos.
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