19 de octubre de 2006

De Belgrano a San Vicente

Con la excusa del transtornado mental que sacó una pistola para tirar sobre los peatones en una esquina de Belgrano, el poder político armó un circo para cerrar aún más las posibilidades de que los ciudadanos comunes y corrientes tuvieran acceso al mercado legal de armas. Además de exigir cada vez más y más requisitos, se decidió el traspaso del Registro Nacional de Armas de la órbita de Defensa a la de Interior, justificando que así coordinaría mejor su rol en cuanto a garante de la seguridad pública.
Mientras para el ciudadano de a pie los trámites están cada vez más retrasados, y todo se supedita a la aparición de nuevos formularios y papelería con el membrete del Ministerio de Interior, un señor próximo al poder político compró una pistola, acreditó medios de vida, supuestamente demostró no tener antecedentes, y certificó su condición psicofísica e idoneidad en el uso de armas, para tener sus papeles en tiempo récord y terminar en la portada de la mitad de los diarios del mundo, gracias a su remake de uno de los tradicionales festejos peronistas, los palazos entre facciones.
En un mes y pico de existencia el nuevo Registro Nacional de Armas mostró fehacientemente que se ha convertido en un dispositivo más del aparato político del gobierno, algo que hace rato se venía anticipando. ¿todavía hace falta algo más para demostrar que atrás de la intención de quitarle las armas al ciudadano común hay un proyecto de poder?

2 comentarios:

Sine Metu dijo...

Pasó de defensa a interior.
Vos ya sabés mi opinión: que no debería haber registro.
Como el origen del RENAR fue durante el proceso, era lógico que lo manejara defensa, ya que se trataba de un estado gendarme.
Ahora en "democracia" pasa a interior porque estamos en un estado policial.
Yo no soy tan paranoico, creo que todos saben que el criminal nunca se quedará sin su arma ilegal.
Es para mí un atropello más a nuestros derechos de los que nos tiene lamentablemente cada vez más acostumbrados este gobierno.-

Sine Metu dijo...

y vi la carta en La Nación del 23/X