26 de diciembre de 2006

Morir por nada

Si algo marca el verdadero estado de desarrollo de la sociedad argentina, es el palmario desprecio por el valor de la vida humana. Hace dos años, el episodio de Cromañón marcó una pauta de la absoluta desconsideración de la seguridad física de los ciudadanos por parte de funcionarios, empresarios, y de los propios usuarios acostumabrados al "no pasa nada", tan argento.
La cuestión de la inseguridad, de la que hablan tanto tantos "expertos" de fogueo, como si fuera una cuestión metafísica, sin aceptar que sólo resguardando la integridad de vidas y bienes la gente se siente segura, es una de las norias alrededor de las que giramos como sociedad, sin encontrar el camino, que está oscurecido por ideotas progres y bienpensantes.
Es imposible -o casi- saber cuántos argentinos, al año, mueren en homicidios, son víctimas de violaciones, secuestros, o robos. Esas cifras se convirtieron prácticamente en Secreto de Estado, para cimentar la versión oficial de que nadie está inseguro, que apenas hay una "sensación de inseguridad".
Sin embargo la sensación es tan palpable, que al menos una vez por día nos enteramos de alguien asesinado de la manera más absurda. Una vida que se pierde a cambio de nada, o de prácticamente nada. Hoy los titulares no trajeron un caso, ni dos, sino tres.
También hoy reflejaron que a la hora de ganarse el pan, en la Argentina se muere por nada. A diferencia del asunto criminal (¿acaso ésto es tan diferente?) en este caso sí hay estadísticas. La Superintendencia de Riesgo del Trabajo publica todos los años los números negros del trabajo en el país: Durante 2005 murieron "apenas" 857 trabajadores. 6.6% más que en el 2004. De ese número, 530 en accidentes laborales puros, y 326 "in itinere".
Esta tarde también, los diarios contaron una de estas tragedias cotidianas: un pobre tipo que quedó sepultado en una zanja, porque algún imbécil lo mandó a trabajar sin las elementales medidas de seguridad que para estos casos ya conocían los romanos ochocientos años antes de Cristo. Las crónicas periodísticas, con los estúpidos lugares comunes dirán "por causaS que se tratan de establecer", "por razones que se investigan", cuando la realidad es que la gente muere porque para los argentinos, todos, la vida ajena importa un comino.

3 comentarios:

Sine Metu dijo...

Me pregunto si con tantos asesinados "porque sí" no se estará dando una especie de Pulpo Negro á la Narciso Ibáñez Menta.

Anónimo dijo...

A la frinfra diría Raimundo.
Sumemosle los muertos por tránsito, por vivir en una vivienda en condiciones precarias (incendios, electrocuciones), los que mueren en cada tormenta por falta de bocas de tormenta o cables caídos y realmente las cifras asustan.

Lo bueno que tiene la Argentina es que con solamente negarlo, las cosas no existen.

Un genio con lampara lustrada por ahí!!

Anónimo dijo...

Bueno, quería comentar que vivo en gran Bs. As. y respecto de la inseguridad, hace poco más de 10 días entraron en la casa de unos familiares de mi novia, ambos jubilados. Las tres hienas que violentaron el domicilio reclamaban, como siempre, más dinero del que encontraron, razón por la que 2 de ellos golpearon con los puños al pobre hombre mientras el tercero sostenía a la pobre vieja del cuello, no contentos con la verdad --"no tenemos más" tomaron unos palos y le dieron golpes hasta casi matarlo. Resultado para las navidades de esta familia: La señora con 3 costillas fracturadas, hematoma interno y muy feos machucones en el cuello, el hombre, falleció.

Esta es la realidad por la que peleamos los Legítimos Usuarios cuando decimos que el derecho a defenderse no puede ser avasallado por un Estado Nacional que no puede protegernos de animales, esto es lo que tememos que les pase a nuestros viejos, hermanos, hijos e hijas. Esto es lo que debemos esperar si el ancia de poder y la codicia siguen pesando más que el respeto a nuestra constitución, las instituciones y a la sociedad toda.

Feliz 2007
Javier
Armasenserio