A pesar que muchos afirman que los noventa fueron fatídicos para las Fuerzas Armadas argentinas, vale la pena recordar que en comparación con lo que sucede en estos años los muchachos conocieron sus últimos mejores momentos. Cierto que nadie les dedicó millones y millones para gastos absurdos como la fábrica de sumbarinos que jamás fabricó ninguno, o la fábrica de aviones que compró proyectos y nunca vendió nada, o la fábrica de tanques de segunda a precio de primera. También es cierto que les sacaron la mano de obra gratuita -y el control sobre una fracción de la civilidad- que significaba la colimba, pero por lo menos había ejercicios operativos, salidas al exterior, y alguna aunque mínima incorporación de material.
Aunque hoy ninguno de los lados se quiera acordar, en 1998 el país se ganó la condición de Major Non-Nato ally, tras una serie de signos tal vez el más significativo el envío de la FT a la Guerra del Golfo, signos que se fueron diluyendo hasta esa última navegación de un buque argentino junto a un Air Carrier Group, en tiempos de Duhalde.
Para el 2000 estaba prometida la entrega de un lote de helicópteros Cobra, que pasarían a convertirse en el puño de la Aviación de Ejército. Tan segura estaba la llegada del material que se prepararon pilotos en USA, e incluso un artista se atrevió a imaginarlos volando sobre Campo de Mayo.
Aunque hoy ninguno de los lados se quiera acordar, en 1998 el país se ganó la condición de Major Non-Nato ally, tras una serie de signos tal vez el más significativo el envío de la FT a la Guerra del Golfo, signos que se fueron diluyendo hasta esa última navegación de un buque argentino junto a un Air Carrier Group, en tiempos de Duhalde.
Para el 2000 estaba prometida la entrega de un lote de helicópteros Cobra, que pasarían a convertirse en el puño de la Aviación de Ejército. Tan segura estaba la llegada del material que se prepararon pilotos en USA, e incluso un artista se atrevió a imaginarlos volando sobre Campo de Mayo.
Pasaron unos cuantos presidentes -varios en la misma semana- llegó la política equívoca del Montonerato, con campanadas en Wall Street y abrazos con Chávez, con discursos de amistad con USA, pero sin definiciones de terrorismo ni ningún compromiso con nadie en un momento crucial de la historia contemporánea.
Obviamente los Cobra no llegaron. Y dicen los que saben y conocen, que tampoco llegó ni siquiera un cartucho de 5.56
Para inicios del 2001 GWB ni sabía quien era Pervez Musharraf, y dicen las malas lenguas que tampoco sabía mucho donde quedaba Pakistán. Sin embargo, ese país jugó sus fichas decididamente para combatir al Islamismo (*) y en 2005 pasó también a integrar la lista corta de los aliados Extra Otán.
Mientras acá seguimos debatiendo qué y cómo debe ser hacerse una ley antiterrorista y aseguramos que en la Triple Frontera está todo bien, fierita, hoy ocho Cobras fueron entregados a las Fuerzas Armadas pakistaníes.
(*) Uso el término Islamismo tal como lo porpone Gustavo de Arístegui, diferenciándolo del Islam. Antes de escribir comentarios pavos, por favor desburrarse.
5 comentarios:
El tema jodido no es el de los helicópteros en si, sino que toda la política exterior argentina, en estos años se resume en el papelñon de las papeleras. Para todo lo demás dejamos de existir como país.
Francisco P.
En la Nueva Argentina el único que Cobra es el FMI.
De veras que vendrían bien esos helicópteros, y para tareas cotidianas, no sólo para ir a la guerra total. El único que tiene Cobras en américa, aparte de EEUU, es Chile. En Europa los únicos que tienen cobras son España y Turquía (si se le puede llamar europa), e incluso Irán conserva, aunque viejos, los cobras que compró de EEUU cuando tenían buenas relaciones. Igual, después de que cancelaran el proyecto Comanche, el que rompe todo es el AH-64 Apache, que como el Cobra, tampoco se lo dan a cualquiera.
No, en España ya no hay Cobras. Los tuvo la Armada (no el Ejército), pero después de un accidente entre dos de ellos los "congelaron" y luego los retiraron. El Ejército está a la espera de que llegue el Tigre.
Bueno igual en España no hacen tanta falta como acá, salvo para asustar negros hambrientos en el desierto.
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