El martes a la tarde fue uno de los peores días en la historia del Departamento de Estado.
Ni el ataque a Pearl Harbor, ni la irrupción de Al Qaeda, pudieron causar más espanto. Empleados con años de experiencia en crisis internacionales lloraban por los pasillos. Asesores fogueados en los avatares de la diplomacia perdieron el control de sus esfínteres.
Cada línea de las noticias que llegaban por el circuito de comunicaciones cifrado hacía peor la situación. Nadie se atrevía a darle la noticia a Condoleezza Rice.
En Buenos Aires, Taiana había amonestado al embajador Wayne.
3 comentarios:
Parece que Taiana le dijo: si Bush, personalmente, no arregla el balurdo, te voy a invitar a tomar una copa en el bar Ibérico de Córdoba y Uruguay.
Aguante Jorge, no se deje basurear!
Acá se viven momentos tensos... el país entero se inmovilizó. Me hizo acordar a 9/11. Espero que el gobierno argentino recapacite.
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