En Argentina, un imbécil sale con una pistola a tirarle a la gente al voleo. La respuesta del establishment político es salir con nuevas reglamentaciones, leyes y decretazos para hacer cuasi imposible el acceso legítimo a las armas. En la periferia del sistema, la gente se mata en proporciones cariocas con armas ilegales, incluyendo las tan nacionales y populares "tumberas" (escopetas hechizas, para los lectores no habituados al argento básico).
En las rutas la gente muere a tasas iraquíes todos los días. Más de 330 cadáveres en lo que va del año se apilan en las morgues y cementerios del país por accidentes de tránsito. La respuesta es el proyecto de nuevas normas, más trámites, decretazos y reglamentos. Ninguno va a lograr cambiar la cabeza de tarados como el que hoy cruzó un paso a nivel con barrera baja.
Lo mismo pasa con la inseguridad, con la salud, prácticamente con todo.
Y va a seguir igual hasta que se asuma que hacer leyes no es hacer cumplir la ley.
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