La foto es elocuente. Montones de tractores contra las paredes de la casa de gobierno de Entre Ríos, representan algo que -ojalá- sea más que la protesta por unos puntitos más de renta, y sea tal como dijeron ayer los productores el reclamo de una sociedad harta de que los gobernadores sean delegados del Ejecutivo Nacional y no los jefes de estados autónomos, como marca la Constitución.
"Queremos que el Gobernador se saque las rodilleras” y deje de ser un delegado presidencial y un administrador de las chequeras del kirchnerismo”.
Urribarri, mostrando de que madera está hecho, en lugar de atender a sus comprovincianos se rajó a Buenos Aires.
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