Parece que el gobierno, o mejor dicho los infelices que cupan cargos en el gobierno, se creyeron el cuento cristinista del "relato". No importan los hechos, sólo lo que los funcionarios dicen.
Lamentablemente la realidad sigue su curso, y aunque ministros y lenguaraces busquen todas las maneras posibles para patear la pelota, no hay manera de disimular que el tema central en el conflicto del campo es el de las retenciones. Ni carne, ni maíz, ni mercados a término. Retenciones.
Tampoco escapa a nadie que lo que empezó como una disputa por el recorte de la renta con el argumento de la redistribución se transformó en el interior en algo que tomó cuerpo y representa ahora un reclamo sobre el propio sistema impositivo (que es decir de gobierno) de la Argentina.
Después de conceder dos treguas, la gente del campo se encuentra hoy con que otra vez le hablan de bueyes perdidos. La presidenta ausente primero pontifica que es "más importante que pelear es acordar", y sobre el pucho se va a Brasil. Algunos creen que los 40 meses que le faltan son irremontables. Otros aseguran que en algún lugar, los políticos que la acompañaron y la aplaudieron están buscando asilo en otros rincones del peronismo.
No se puede creer tanta necedad.
1 comentario:
La miserabilidad de esta gente no tiene límites.
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