Apostillas de la histórica sesión, y de algunos de sus coletazos

Ampliando un poco lo que ya dejó entrever blogbis acá, me atrevo a sumar algunos comentarios sobre el backstage de la sesión que finalizara con el voto de Cobos. Esto me viene de una fuente por la que pongo las manos en el fuego, pero que obviamente me ha solicitado su anonimato.

Efectivamente, tal como cuenta Crítica, a Cobos lo apretaron desde todos los flancos. Lo apretaron mal, muy mal, entre Pampero y Pinchetto. Pero Cleto los mandó literalmente a la madre que los parió.

Con respecto a Rached, no sólo lo llamaron desde sus pagos, sino que metieron por una ventana a Moreau (nadie, excepto los senadores y empleados acreditados podía entrar) quien se encargó de mandarle personalmente un mensaje de Alfonsín. Éste último, a su vez, también había hablado también días antes con Cleto. Cuando se lo vio caminando a Leopoldito por los pasillos del senado, alguien comentó la escena como ‘el retorno de los muertos vivos’ (nada más gráfico). Esto pasó rondando las 20:00 hs., y desde ese momento se conoció verdaderamente que la cosa estaba empatadísima, más allá de que los medios –quizás para mantener un poco más de audiencia- no pasaron esa data hasta bien entradas las 22:00.

Lo que parece que fue para alquilar balcones fue la carucha de Pichetto luego de que Cleto desempatara. Ni el 15% de lo que se pudo ver por la tevé. Cuentan las malas lenguas que el tipo se quería circuncidar con los lápices de los taquígrafos.

Al día siguiente, y mientras todos esperaban que la botóxica emitiera algún sonido, los diarios empezaron a hablar de su posible renuncia, cosa que como se sabe salieron a desmentir por interpósitas personas.

Lo que parece que realmente ocurrió es que el Néstor tenía ya redactada su renuncia a la presidencia del pejota, y le quería hacer firmar una similar a la Krishtina. Pero la señora, limada como está, intentó negarse y parece que a la negativa se le sumó la gestión de Alberto Fernández, que enfrió la cosa. Después se inventó la cínica excusa de que el viaje a Chaco se postergaba porque la virreina tenía una audiencia con familiares de víctimas de la AMIA. Pero la verdad es que estaban tragándose el sapo (qué digo el sapo, el escuerzo) y no sabían para que lado agarrar.