Es sorprendente además que las experiencias: inflacionaria del período 1945-1975, estanflacionaria de 1975 a 1988 e hiper-inflacionaria de 1989-1990, no haya educado a los economistas argentinos que aún piensan que la inflación puede ayudar a resolver problemas de crecimiento económico y de redistribución progresiva de los ingresos y la riqueza.
Domingo Cavallo en su post sobre el "El “retro-progresismo” económico".
Creo que la inflación tiene ese gustito a rico gracias a que da la idea de que se recauda más. Hasta muchos economistas que estudiaron en universidades sucumben ante ese fenómeno.
Por cierto, en su post, Cavallo además elogia el artículo de Jorge Fernández Díaz en La Nación que recomendamos ayer.
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