18 de marzo de 2009

Entre dos mundos


Aprovechando que nadie está leyendo el blog, les comento que después de disfrutar del post de Sine Metu, por simple asociación con algunos libros que estoy leyendo, pensando en la tribu de la diosa Danu que fabricaba una cerveza que otorgaba inmortalidad, o vaya una a saber por qué, me vino a la mente la historia de Irlanda y su sutil relación con el concepto de la virginidad de la mujer, y otros asuntos.
Bueno, Brígida -la que pidió a D-os que la haga fea- era el equivalente céltico de la Minerva romana y de la Atenea griega.
'Brígida' significa 'mujer elevada o superior' o 'mujer principal'.
Hay muchas historias, creencias y leyendas.
Una tradición irlandesa afirma que fue Brighi la hija de un posadero en Belén, y que fué ella la que ayudó a María en el parto de Jesucristo.
Pero Brígida -de quien dicen que su madre la lavó en leche al nacer- es claramente un buen ejemplo de la supervivencia de una diosa en los ritos cristianizados.
Su obra en Irlanda consistió en hacer una recopilación de las antiguas diosas, que supo mantener bien disimuladas en su monasterio.
También rescató sitios como iglesias y pozos sagrados que habían tenido mucho protagonismo en las tradiciones locales.
A medida que se fueron desarrollando las formas patriarcales tanto en la Iglesia como en el Estado, cualquier forma de religión en la cual la mujer revistiera cualquier tipo de rol simbólico o de importancia fue entonces erradicado, poco a poco, pero inexorablemente.
La mujer fue considerada como la personificación del caos, mientras que el hombre se supuso que era el dueño de la racionalidad, y en unos cinco siglos -más o menos- la mujer perdió toda autoridad religiosa.
Bajar a una Diosa a la categoría de Santa -además obviamente ninguneada y finalmente creo que descanonizada- siempre eclipsada nada menos que por San Patricio, no fue algo casual.
Ni fue un suceso desprovisto de un gran impacto sobre las vidas de las mujeres irlandesas, como podemos darnos cuenta al comparar algunas leyes irlandesas pre-cristianas, con las normas que se crearon luego de imponerse el nuevo sistema patriarcal.
La virginidad de la mujer pasó a ser un tema político más que sexual, aunque en la práctica el tema sexual se exteriorizó como la manera de imponer la estructura y el linaje patriarcal.
No sólo se obligaba a las mujeres que estaban por casarse a mantener su virginidad hasta que se casaran -porque de no hacerlo sus derechos a la propiedad podían verse disminuidos- sino que las mujeres que no podían permitirse una dote terminaban indefectiblemente recluídas en un convento, donde la ideología de la virginidad cobró un significado totalmente diferente: una formidable presión en contra del sexo y en contra del cuerpo, perdiendo definitivamente su original significado político y espiritual.
El término irlandés para virgen era 'Og', 'עוג', 'ʕog'- también uno de los gigantes descendientes del ángel caído Semyaza, según la demonología- que quiere decir puro, intacto o inviolable, y su sentido primigenio no tenía que ver mucho con las relaciones sexuales, sino que representaba una idea de la divinidad.
Bueno, Og עוג fue también el nombre del antiguo amorreo rey de Bashan dueño de sesenta ciudades amuralladas -uno de los últimos representantes de la raza de los gigantes Refaim- que junto con sus hijos y su ejército fue asesinado por Israel y sus hombres en la batalla de Edrei -hoy Daraa, Siria- después de la conquista de Sihon, o sea de toda Transjordania, desde el Arnón hasta el monte Hermón.
Eso tiene que ver con la historia de la conquista de Canaán por los israelitas, unos 1500 años A.e.C.
Bueno, yo soy bastante imaginativa y siempre encuentro extrañas conexiones.
Porque algunos piensan que si Jesús no hubiera sido hijo de una virgen, hubiera sido judío, y eso era un problema.
De acuerdo a algunos historiadores, la virginidad de María -de ser cierta esa interpretación, que no me consta- les sirvió a los cristianos para dejar perfectamente en claro que Jesús no había nacido dentro del linaje judío, para ser de esa forma un personaje más 'universal'.
El cristianismo -bajo esa óptica- sutilmente suplantó con esa concepción los antiguos lazos biológicos y tribales.
Bueno, luego la virginidad se santificó, y como consecuencia inmediata el sexo empezó a considerarse pecaminoso, y se impusieron reglas de comportamiento acorde con esas premisas.
En 'The Serpent and the Goddess'-una inteligente investigación sobre la mujer, la religión y el poder en la Irlanda celta- podemos leer que las regulaciones, al multiplicarse, después se extendieron ampliamente sobre la reproducción, y por supuesto sobre el aborto.
Pero en la Iglesia medieval no se consideraba que el alma había entrado en el feto hasta los cuarenta días de gestación en los niños, y ochenta días en las niñas -porque obviamente las mujeres por su imperfección se demoraban más que los hombres para recibir el espíritu- y por eso la Iglesia temprana desarrolló un sistema de penitencias que dependía... del sexo de la criatura abortada.
Las penitencias  impuestas entonces tenían además en cuenta además del sexo del producto, la manera o el mecanismo del aborto: si se había hecho por medio de prácticas mágicas con la ayuda de una comadrona que competía directamente con el clero local eran más severas que si el aborto se había hecho de otra manera.
El problema del aborto para la Iglesia temprana era, en realidad, su consecuencia social.
Pero el tema es muy complejo, y no quiero extenderme demasiado, porque cuando lo hago ni yo misma me termino entendiendo, y me disperso mucho.
En esos tiempos se consideraba también que el verdadero crimen de la homosexualidad era que el hombre adoptara la postura femenina durante una relación sexual...
Y el lesbianismo, por su parte, no era tomado en serio por la Iglesia temprana, y a nadie le importaba, como -en el fondo- sucede hoy.

A algunos no les cuesta mucho comparar -salvando las distancias- la religión en la sociedad israelita con el de la sociedad cristiana irlandesa temprana.
Según ese peculiar enfoque ambas sociedades eran tribales y ambas estaban enfrentadas al problema de cómo suplantar a las viejas estructuras matriarcales por las patriarcales, o cómo pasar de una sociedad basada en lazos de parentesco a otra basada en el Estado.
En la historia del Génesis, como en las mitologías más antiguas, dicen que el Edén, la Serpiente y el tristemente célebre Árbol de la Sabiduría constituían símbolos ya existentes en muchos mitos de la creación, incluso en la historia sumeria de la diosa Ki, o Ninhursag.
En la historia de Ninhursag -Señora del Embryo- la diosa estaba representada como una serpiente (o también como una sirena) que controlaba la fertilidad: pero una fertilidad placentera, absolutamente libre de dolor.
La historia del Génesis -tal como la conoce la mayoría que la lee en traducciones de la versión griega- alteró radicalmente los roles de los símbolos: la Serpiente dejó de ser una diosa, la creación pasó a manos exclusivas de D-os, quien hizo nacer al humano como Adán, de quien a su vez derivó Eva, una simple dama de companía para que él no estuviera solo.
Una nítida inversión de los roles, como muchos dicen.


Bueno, dicen en Tir Nan' Og los habitantes bebían tanta cerveza que no envejecían.
Y Tir Nan´Og es el nombre de un muy conocido pub irlandés, en Cantabria.

Por las dudas, quiero aclarar que todos los comentarios de este post que rozan otras religiones o creencias que respeto con igual intensidad que a las mías no expresan ninguna crítica o descalificación, sino que son referencias históricas y/o teorías o pensamientos dichos absolutamente sin ninguna mala intención.
Y debo confesar, también, que aunque la cerveza no me gusta, la
imagen del post de Sine Metu me encantó.

6 comentarios:

Victor dijo...

...si, a mi también.

que lindo post.

La casa de Whesting dijo...

Mira esto Raquel

La casa de Whesting dijo...

Una mujer valiente:
http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=nUJhPrskAk0

Klaus Pieslinger dijo...

De forma muy simplificada, la secuencia de cambios en el mensaje subliminal de la historia de María madre de Jesús sería: (1) se es judío si el vientre lo es, y si no, no, (2) la mujer pierde relevancia política gradualmente hasta quedar relegada a accesorio del hombre, (3) el concepto de vientre judío no se transmite a las culturas nuevas anexadas, (4) la virginidad de María (núbil) implica que José no es el padre de Jesús, sino que lo es el mismo Dios, (5) mirabile dictu, Jesús ya no es judío, queda bien definida la separación.
Qué pensás?
(nota bene, disquisición entre un tosco apóstata y una judía rústica; acotada a la política de las instituciones)

PD. Bien por las modelos naturales!

Sine Metu dijo...

Raquel, te llevarías bien con una amiga mía, que se puede quedar contándote historias de la mujer celta hasta que salga el sol.
:-)

Rāḥēl Reznik dijo...

Klaus: yo estoy convencida que -de alguna manera- fue así como lo expresás.

Sine Metu: no tengo dudas que para mí sería una experiencia extraordinaria, porque es un tema que me encanta, y porque las mujeres siempre encontramos la manera de entendernos antes que salga el sol.
:)