9 de junio de 2009

Tragedias


La teoría de que una falla en los sensores que proveen la indicación de velocidad haya sido el origen de la cadena de acontecimientos que hizo que el vuelo 447 de Air France cayera al océano Atlántico encuentra su correlato en la mayor tragedia de la aeronavegación comercial argentina: la del vuelo 2553 de Austral, que se desintegró en Fray Bentos, Uruguay, el 10 de octubre de 1997, con 74 personas a bordo.

La Nación (Argentina)


La tragedia del avión de Austral en 1997 parecía irrepetible por la conjunción de factores que llevaron al triste final de decenas de pasajeros y tripulantes.

Sin embargo el caso del vuelo de Air France accidentado al salir de territorio brasileño parece tener puntos de contacto con el ocurrido doce años antes.

4 comentarios:

José Luis dijo...

Yo no entiendo nada del tema, y por eso voy a hacer una pregunta seguramente bien de lego, que desarrollo:

1. Si por 600 mangos puedo comprarme un navegador satelital que -entre otras cosas- me dice mi velocidad con respecto a la superficie y que, obviamente, los aviones tienen.

2. Si, como cuentan ahora, el problema se generó por el mal funcionamiento de los tubos Pitot que, al estar con hielo sensaban una velocidad del aire sensiblemente menor a la real.

3. Si, por 2., el piloto pensó que iba más lento de lo que debiera y aceleró los motores hasta llevar al avión a velocidades transónicas y despedazarlo.

4. ¿No hay NINGUN puto indicador a bordo, ninguna alarma, que diga que la diferencia entre la velocidad del GPS y la del Pitot es mayor a -digamos- 300 km/h, como para suponer que hay "algo" que no anda como debiera?

Como digo, seguramente es pregunta de muy lego, pero insisto en que no me cierra el tema desde el sentido común.

JL

BlogBis dijo...

Hace rato que yo le veo similitudes con otro accidente ocurrido en Argentina, mas que con el de Fray Bentos, con la caída del BAC 111 de Austral, LV-LOX que sucedió en tiempos en que yo hacía mi instrucción básica como piloto.

En esa oportunidad, el mal juicio del piloto llevó al avión a atravesar un núcleo de actividad convectiva en medio de la tormenta, "lanchándolo" contra el Rio de la Plata.
Tal como ahora, se recuperaron cadáveres, grandes trozos del avión (un 50 o 60%) pero jamás se encontró la caja negra.
En el caso de Fray Bentos el avión se clavó nariz abajo, impactando contra el suelo a velocidad transónica. Por eso del avión y de los pasajeros no quedaron pedazos mayores a 2 cm2.

Los restos hablan.

Pablo dijo...

En el caso de los Airbus, son tres computadoras las que manejan el avión. El piloto puede desconectarlas para pasar a manual, pero para eso necesita tiempo. Aquí, aparentemente no lo tuvieron.
Volar con un GPS de mano no es la solución y no creo que haya un piloto que lo acepte. Tampoco la compañía de seguro y seguramente los abogados se harían un festín de juicios penales y civiles si ello sucediera.
El caso del Accidente de Fray Bentos, aparentemente el sistema de calefacción de los tubos pitot dejó de funcionar y el sistema de alarma no estaba instalado. Si fuera así, error de mantenimiento. Los pilotos actuaron como lo indica el procedimiento de vuelo, cuando se dieron cuenta del error, era tarde.
El otro avión que fue tirado contra el Rio de la Plata por una actividad convectiva severa, estaba a muy baja altura. Seguramente a 10 mil metros no hubiera pasado nada. ¿Porqué se metieron dentro de esa actividad? Solo ellos lo saben.
En el caso del Airbus, las computadoras recibieron una información errada y actuaron sobre ella.
No es la primera vez que sucede según comentarios de pilotos profesionales, que una actividad convectiva severa afecte al avión y lo haga perder altura, aunque nunca se llegó a este extremo.
Lo mejor será esperar que encuentren la caja negra y se devele el misterio.

Klaus Pieslinger dijo...

Parte del problema es que los sistemas no son APDB.
Relata Alan Cooper en su libro The Inmates Are Running The Asylum que un accidente ocurrido en la zona de Colombia / Venezuela (no tengo el libro a mano) se debió a que el piloto ingresó el código de un aeropuerto equivocado -por una letra- y la computadora de a bordo hizo virar el avión contra una montaña.