Señora Presidenta, este gobierno, esta elite no tiene ni la más mínima voluntad de oponerse a la islamización. La ve como un gran enriquecimiento del paisaje neerlandés. Todas esas preciosas mezquitas, esas lindas pañoletas, esos acogedores burkas. Sí, los Países Bajos son mucho más bellos con eso. Aquí y allá, de vez en cuando caen dejan algunos muertos, o son violadas algunas chicas, y finalmente, nuestro país irá a la quiebra. Pero esto no puede estropear la juerga. Sólo un amargado puede prestarle atención a eso. Un poco de paciencia, esperamos la venida de la utopía islámica.
Señora Presidenta, la mejora ambiental empieza por uno mismo. Muchos neerlandeses están irritados por la contaminación del espacio público por el Islam. En otras palabras, en algunos sitios nuestras calles se parecen vez más a las de la Meca y Teherán. Pañuelos, barbas de odio, burkas, chilabas. Hagamos algo al respecto. Empecemos por la reconquista de nuestras calles, y asegurémonos de que los Países Bajos parecerán los Países Bajos otra vez. Las pañoletas son un verdadero signo de la opresión de la mujer, de su sometimiento, de su incautación. Son un símbolo de una ideología que está ahí fuera para someternos a nosotros. Por lo tanto: es hora de una limpieza general de nuestras calles. Si nuestros nuevos ciudadanos holandeses tanto quieren demostrar su amor a esa ideología del desierto medieval, deberían hacerlos cómodamente en un país musulmán, pero no aquí, en nuestro país.
Señora Presidenta, este país tiene un impuesto especial sobre la gasolina y el gasóleo, tiene licencias de aparcamiento y un impuesto a los perros; tiene un impuesto a los billetes de avión y un impuesto sobre el embalaje, así que ¿por qué no gravar el uso del velo? Un impuesto a las cabezas de trapo. Adquiera una licencia para el año y páguela en efectivo. 1.000 euros al año [1500 dólares] me parece una cantidad adecuada. De esa manera, obtendremos algo por lo que nos ha costado tanto. Yo diría: el que contamine que pague. Mi pregunta: ¿está el gobierno dispuesto a introducir el impuesto al pañuelo?
(...)
Señora Presidenta, los Países Bajos tiene aproximadamente un millón de musulmanes. Muchos de ellos son inmigrantes. Y ninguno de esos vino aquí por amor a los Países Bajos. Ninguno de éstos vino a los Países Bajos porque les resultara un país de ensueño, con todos esos infieles. ¿Para qué vinieron entonces? Bueno, por los beneficios sociales, por ejemplo. Y antes de que me reprenda por decir esto, yo no soy el único que dice esto. El parlamentario Tofik Dibi [Izquierda Verde] dijo recientemente que los jóvenes de Marruecos ven a los Países Bajos como una utopía donde se pueden obtener ayudas gratuitas. Un despacho de dinero fácil, a mi entender. En resumen, vienen aquí por un cálculo económico. Allí, sin dinero; aquí el premio gordo.
Señora Presidenta, ¿se sorprende de que nos preguntemos cuánto nos cuesta este juguete de la izquierda a nosotros? ¿De que hagamos un cálculo financiero? Si lo hacen ellos antes de venir ¿por qué no nosotros? El mensaje del Gobierno es el siguiente: paga y calla. ¿Sabe qué le digo? La fiesta pro inmigración debe continuar, vais a disfrutar trabajando dos años más [de la edad actual de jubilación]. Dos años a trabajar y sudar para financiar la islamización. ¡Menudo panorama!
Geert Wilders - Discurso en el parlamento holandés
23 de septiembre de 2009
Los huevos sobre las íes
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
En Europa le tienen "terror" a Geert Wilders. Para mi es un héroe.
Gracias por el repique, es un discurso impensable en el parlamento español. Al menos por ahora.
Publicar un comentario